
Tom Cruise y Cannes mantienen un idilio sin parangón. Tres años atrás, por el estreno de ‘Top Gun’, el productor y actor hizo volar a cuatro aviones a reacción del ejército francés por encima de la escalinata del Palais. Hoy ha desfilado junto al director Angela Bassett, Simon Pegg y Vanessa Kirby, bajo una estruendosa (y audible por toda la costa) versión del tema de ‘Misión Imposible: Sentencia final’, en pre-estreno antes de llegar a salas en una semana.
Pero el idilio francés de Tom Cruise tiene una condición: que no haya prensa. Cruise no ha dado la rueda de prensa habitual, y solo ha tomado el micrófono en la clase magistral que Christopher McQuarrie, su director habitual, ha dado ante una sala Debussy a reventar de fans. Espacio seguro y público en el bolsillo, en tiempos tumultuosos: no se ha ahorrado solo hablar de aranceles, si no también de cómo su compleja relación con la Paramount (sobre la que escribimos en 7K) puede significar el final para una saga tan icónica y rentable como ‘Misión: Imposible’. El denominador común de esta edición es, sin duda, el compromiso cero.
‘Promis le ciel’ y ‘Enzo’, disparos prometedores
Hoy daba comienzo la sección de Un Certain Regard, recuperada recientemente como un escaparate de películas de “mayor riesgo formal”, en palabras de Thierry Frémaux, donde el año pasado ganó la brillante ‘Black Dog’ de Guan Hu. Es relevante subrayar el triunfo de la película china para comprender que el “riesgo formal” viene guiado, en general, por el mismo puñado de preceptos del realismo social, con un punto de diversidad no digerible en Sección Oficial. Sin embargo, aquí no es raro encontrar perlas.
Este año, la cinta inaugural era ‘Promis le ciel’, estupendo tercer largometraje de Erige Sehiri que, como en la anterior ‘Entre las higueras’, practica el arduo trabajo de tomar la temperatura, con el mínimo aderezo ficcional, a las relaciones entre mujeres concretas, tangibles. Aquí es una iglesia en la ruinosa Tunisia la que congrega a tres heroínas de calle en sus trapicheos, confidencias y celebraciones. Tres relatos a contrapelo, que confían en el carisma de las actrices Aïssa Maïga, Laetitia Ky y la magnética debutante Déborah Christelle Naney tanto como Sean Baker delega en sus repartos. El film huye de las fórmulas y las explicaciones sobrantes con más o menos atino, pero es, ante todo, vitalista.
Igual de destacable ha resultado ‘Enzo’ (Quincena de Cineastas), la película póstuma escrita por Laurent Cantet (‘La clase’), dirigida por su colaborador habitual Robin Campillo (‘120 pulsaciones por minuto’). El film abre una lacuna muy productiva a nuestra comprensión de la adolescencia al dibujar a un joven protagonista (Eloy Pohu, debutante de cara arisca, como del cine de Bruno Dumont) que trabaja de aprendiz de paleta, a pesar de que su familia (Élodie Bouchez y Pierfrancesco Favino) tiene una piscina infinita y una villa con vistas al mar. Las fronteras entre rebeldía y ambición se confunden ante el joven taciturno. Quizás lo único que conozca del cierto es su propia incomodidad.
Sergei Loznitsa denuncia inapelable
En ‘Two Prosecutors’, el director ucraniano se remonta a la represión estalinista para adaptar la novela homónima de Georgy Demidov, físico y superviviente del Gulag. La película sigue a un fiscal recién graduado (Aleksandr Kuznetsov, cuya expresividad tácita es casi obra de orfebrería) que solicita entrevistarse con un preso, aislado en lo más profundo de una prisión de la policía secreta. Ante la imposibilidad de des-ver los abusos que entre rejas se perpetran, asimismo encerrados en la fotografía embarrada aun pictórica de Oleg Mutu (la cámara crispa la piel casi tanto como la lacera), el joven fiscal emprende un viaje suicida pero justo al vientre de los altos cargos comunistas. Un viaje antiépico por kafkiano, pero también por estar tozudamente poblado por mendigos sin dientes y oficiales sin alma. En ocasiones, incluso el montaje desarticula la propia fluidez de las acciones, separándolas con un trompicón. Porque no hay forma de contar suave el horror puro y el heroísmo absurdo.
Cannes indartsu hasi da, Tom Cruise protagonista dela
Canneseko 78. zinemaldiak sail guztiak jarri ditu martxan. Sergei Loznitsa fikziora itzultzeak Sail Ofizialaren pultsua markatu du. Tom Cruise lehen eguneko protagonista izan zen, baina ez zuen ohiko prentsaurrekoa eman. Aktore estatubatuarrak Angela Bassett, Simon Pegg eta Vanessa Kirbyrekin batera desfilatu zuen, ‘Misión Imposible: Sentencia final’ kantuaren bertsio zaratatsu batekin, astebetean aretoetara iritsi aurretik.

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