Isidro Esnaola
Iritzi saileko erredaktorea, ekonomian espezializatua / Redactor de Opinión, especializado en economía

Crece la inversión en energía, pero no por razones climáticas

El informe sobre inversiones en energía de la IEA constata que la inversión sigue creciendo, especialmente en las llamadas energías de transición. Sin embargo, a menudo el gasto responde más a razones geopolíticas o de defensa de la industria nacional que al impulso de políticas climáticas.

Subestación de Red Eléctrica Española en Oiartzun. La IEA apunta que las inversiones en la red deben alcanzar las cifras de la inversión en generación
Subestación de Red Eléctrica Española en Oiartzun. La IEA apunta que las inversiones en la red deben alcanzar las cifras de la inversión en generación (Gorka RUBIO | FOKU)

La Agencia Internacional de la Energía (IEA) acaba de hacer público el informe sobre inversiones en el sector energético mundial (World Energy Investment 2025), el décimo desde que publicara el primero en 2015. Las fuentes que utiliza son los datos de gasto de capital del sector público y las decisiones finales de inversión (FID, por sus siglas en inglés) de los proyectos de inversión privados. Resalta, en primer lugar, que, a pesar de las incertidumbres y las tensiones geopolíticas, la inversión en el sector energético crecerá este año un 2% con respecto a 2024.

En cifras, la inversión total alcanzará los 3,3 billones de dólares, de los cuales 2,2 billones se destinarán al conjunto formado por energías renovables, nucleares, electrificación, redes, baterías, combustibles de bajas emisiones y eficiencia energética. El resto, 1,1 billones, se destinará a inversiones en gas, petróleo y carbón. El informe indica asimismo que la incertidumbre política afecta sobre todo a los nuevos proyectos, mientras los ya aprobados se desarrollan en general sin mayores contratiempos.

El 70% del crecimiento del gasto proviene de los países que son importadores netos de combustibles fósiles

El informe registra un rápido crecimiento de lo que llama inversiones en energía de transición durante los últimos cinco años, gracias a los programas de recuperación pospandemia, sin embargo, matiza que las inversiones de estos programas no responden solamente a consideraciones medioambientales, sino que muchas de las inversiones responden a razones económicas, tecnológicas, industriales y de seguridad energética. Una percepción que se refuerza por el hecho de que el 70% del crecimiento del gasto proviene de los países que son importadores netos de combustibles fósiles. Entre ellos, destaca China, que busca reducir la dependencia y aumentar su liderazgo en las nuevas tecnologías, Europa, como consecuencia de las sanciones a Rusia, y la fuerte inversión de India en energía solar. Otro 20% proviene de EEUU y está motivado principalmente por el intento de desafiar la posición de liderazgo de China en tecnologías limpias. Un panorama que deja las políticas climáticas en poco más que un envoltorio frente a los retos geopolíticos, la reducción de la dependencia y el impulso a la industria nacional.

Generación eléctrica

El informe señala que se está produciendo un rápido aumento de la demanda de electricidad para la industria, la refrigeración, la movilidad eléctrica, los centros de datos y la inteligencia artificial. Ese crecimiento ha hecho que cambie la estructura de las inversiones. Hace diez años las dedicadas a combustibles fósiles eran un 30% mayores que las dirigidas a electricidad, redes y almacenamiento. En la actualidad la posición ha dado un vuelco y estas últimas son casi un 50% (1,5 billones) más altas que las que se dedican a petróleo, gas y carbón (1,1 billones de dólares).

Entre las inversiones en generación de bajas emisiones, la energía solar se ha convertido en el principal apartado con un monto total de 450.000 millones

Entre las inversiones en generación de bajas emisiones, la energía solar se ha convertido en el principal apartado, con un monto total de 450.000 millones, que se han dirigido tanto a instalaciones domésticas como de utilidad pública. La gran competencia en la oferta de placas solares ha provocado una importante bajada de precios, pero también ha ampliado la oferta –a menudo los paneles solares se complementan con baterías–, lo que ha impulsado la inversión, sobre todo en los países del Sur Global, que el informe califica como países en desarrollo o emergentes. El gasto global en baterías alcanzará este año los 66.000 millones, aunque solamente algo más del 40% de estas inversiones se realizan en la red general; el resto –más de 50%– corresponden a los usuarios finales.

El informe constata que también ha vuelto la inversión nuclear, que ha crecido un 50% en los últimos 5 años. El gasto en nuevas plantas y en la reparación de las antiguas superará los 70.000 millones en 2025. Algunas inversiones serán en nuevas tecnologías, entre las que destacan los pequeños reactores modulares.

En cuanto a la generación de electricidad en plantas de gas natural, EEUU y Oriente Medio acumulan casi la mitad de las Decisiones Finales de Inversión (DFI).

En este contexto de aumento de la demanda de electricidad y de creciente preocupación por las tensiones geopolíticas, en 2024 China dio luz verde a la construcción de nuevas plantas de carbón con una potencia de 100 GW. India también añadirá 15 GW de potencia con nuevas centrales de carbón, lo que en conjunto representa la inversión más alta en este tipo de instalaciones desde 2015. En este punto conviene recordar que en 2021 China dejó de construir centrales de carbón en los países del Sur Global.

Inversión en redes

Otro importante ámbito de inversión es el de las redes de electricidad, con una previsión de alrededor de 400.000 millones, lejos todavía del billón que se invierte en generación, pero muy por encima de los 66.000 millones dedicados a almacenamiento. El informe señala que el incremento del uso de electricidad obliga a un rápido aumento de las inversiones en la red para mantener la seguridad del suministro y sugiere que las inversiones dirigidas a la generación y las destinadas al mantenimiento de la red pronto deberán ser similares.

El informe sugiere que las inversiones dirigidas a la generación y las destinadas al mantenimiento de la red pronto deberán ser similares

La IEA apunta que estas inversiones en la red se ven frenadas a menudo por largos procedimientos, pero también apunta otro tipo de limitaciones, básicamente, la falta de capacidad de las cadenas de suministro de transformadores y cables. Subsanar la falta de estos suministros es una tarea urgente, sobre todo en los países del Sur Global, donde además las empresas de servicios públicos están en general muy condicionadas por una pobre situación financiera.

Inversiones en combustibles

En cuanto a los combustibles fósiles, el informe señala que la expectativa de una caída de los precios del petróleo ha hecho que la inversión en sondeos y extracción de petróleo vaya a caer este año alrededor de un 6%, por primera vez desde 2020, mientras se mantendrá en gas, con lo que en conjunto caerá un 4% y alcanzará los 570.000 millones de dólares, todavía por encima de la inversión en energía solar. Alrededor del 40% se destinará a aumentar la extracción en campos en explotación. La inversión en refinerías caerá a su nivel más bajo en los últimos diez años, un dato que quizás anticipe un cambio de perspectiva.

Por otra parte, las inversiones en gas natural licuado (GNL) crecerá impulsada por los proyectos que están construyendo principalmente EEUU, Qatar y Canadá. Solo EEUU pretende sumar 130.000 millones de metros cúbicos de capacidad.

En cuanto a las inversiones en combustibles de bajas emisiones, en 2025 alcanzarán un nuevo máximo con una inversión estimada de 30.000 millones, una cantidad que continúa siendo muy pequeña en términos absolutos. El informe señala que este tipo de proyectos están muy condicionados por la incertidumbre política, lo que se ha traducido en el retraso y la cancelación de varios proyectos basados en hidrógeno. A pesar de ello, se invertirán del orden de 8.000 millones, el doble que en 2024.

Inversiones en eficiencia

Las inversiones en electrificación y mejoras de eficiencia para los usuarios finales casi se han duplicado en la última década. Destaca la  creciente venta de vehículos eléctricos, la mejora en aislamiento de edificios y la electrificación de los procesos industriales. En conjunto, la IEA estima que se invertirán  800.000 millones de dólares en 2025.

La mejora de la eficiencia en el sector de la construcción se ve frenada por la caída de la obra nueva, sobre todo en China, pero se verá compensada por la previsión de mayores ventas de electrodomésticos y sistemas de refrigeración eficientes.

Precios y financiación

El costo de algunas tecnologías limpias clave han vuelto a bajar. El Índice de Precios de Equipos de Energía Limpia que calcula la IEA alcanzó un mínimo histórico a principios de 2024, con una caída del 60% en 10 años. Significativa ha sido la caída de los precios de los paneles solares y las turbinas eólicas en China, bajando (un 60% y un 50%, respectivamente, desde 2022). En Europa, sin embargo, los precios de las turbinas eólicas en Europa subieron y crecen la dudas con respecto a la eólica marina que ha provocado la cancelación del proyecto Hornsea 4 Offshore de Ørsted en Gran Bretaña.

Los precios ha subido en otros productos, especialmente en los materiales de red, cuyo precio casi se ha duplicado en los últimos cinco años

Sin embargo, los precios ha subido en otros productos, especialmente en los materiales de red, cuyo precio casi se ha duplicado en los últimos cinco años, por la mayor demanda de cables y transformadores.

La geografía de la inversión energética ha cambiado completamente. China es el mayor inversor energético mundial, con alrededor de un tercio del total, mientras África, ahogada por la deuda, solo representa el 2% de la inversión mundial, aunque dé servicio al 20% de la población.