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Bilbo

Llaman a defender las casas de dos familias con menores en riesgo de ser desahuciadas en Bilbo

Azet Etxebizitza Sindikatua ha alertado de dos amenazas de desahucio en los próximos días en Bilbo: uno el 27 de junio en la calle Bidebarrieta y otro el 7 de julio en la calle San Francisco.

Azet Etxebizitza Sindikatua ha alertado de dos amenazas de desahucio en los próximos días en Bilbo.
Azet Etxebizitza Sindikatua ha alertado de dos amenazas de desahucio en los próximos días en Bilbo. (Monika DEL VALLE | FOKU)

Azer Etxebizitza Sindikatua ha alertado de que dos familias con menores en Bilbo pueden ser desahuciadas en los próximos días, llamando a los ciudadanos a «defender las casas y las vidas» de estas personas. 

En una rueda de prensa en la capital vizcaina, miembros del sindicato han señalado que «los desahucios son hoy en día una de las expresiones más crudas de la violencia capitalista». Una violencia que, en sus palabras, «se vuelve aún más descarnada cuando hay menores implicados», como es el caso.

Según han informado, el próximo viernes 27 de junio van a intentar desahuciar a Rosario, Miguel y a sus hijas en la calle Bidebarrieta de Alde Zaharra. «La familia lleva más de tres años viviendo en una casa de Alokabide que llevaba años vacía y ahora es la propia institución pública quien quiere echarles sin ninguna alternativa», han asegurado.

Otra familia está bajo amenaza de ser desahuciada el 7 de julio en la calle San Francisco. «En este caso es la Diputación, a través del Instituto Tutelar quien ha pedido la desocupación de la casa. Y no, tampoco les ofrecen ninguna alternativa», han afirmado. 

Entre ambas familias hay nueve menores. «Dos familias más en la calle, dos familias más despojadas de una necesidad básica sin la que a duras penas podrán seguir adelante con sus vidas y las de sus hijas, dos familias condenadas a la más cruda miseria. Se dice pronto, pero eso es lo que se esconde detrás de cada desahucio: miseria, violencia y despojo. Y por desgracia, nos estamos acostumbrando a ello. Cada día cientos de familias son arrancadas de sus casas para que grandes propietarios recuperen sus propiedades, pisos con los que especular y seguir haciendo negocio. Negocio a costa de nuestras vidas, y con la complicidad y colaboración de las instituciones públicas».