«La temperatura del mar está en récord histórico y eso traerá tormentas cada vez más intensas»
En el inicio del verano, el científico Carlos Calvo Sancho advierte de las consecuencias severas que traerá a la Península ibérica el aumento del calor en el Mediterráneo y Cantábrico. Varios especialistas y divulgadores expresan su alarma. Incluimos algunos gráficos reveladores.

«El verano meteorológico comienza el 1 de junio. Al astronómico que empieza el 21 no le hago caso», comenta Carlos Calvo Sancho un poco en broma y otro poco en serio. Es doctor en Física y meteorólogo superior del Estado y participa junto a otros científicos en el proyecto de divulgación Supercélulas, que busca dar información sobre las tormentas severas en el Estado español.
Calvo, investigador de la Universidad de Valladolid, ha trabajado con Juan Jesús González Alemán, científico de la AEMET y uno de los divulgadores más resonantes en redes sociales que alerta sobre las consecuencias de la crisis climática en el Estado español, con decenas de miles de seguidores en redes sociales y asiduamente entrevistado en los medios, entre ellos NAIZ.
Ambos vienen advirtiendo en los últimos días, basándose en los registros que empiezan a darse en este verano, sobre el calentamiento récord de la temperatura de la superficie de los mares que rodean la Península Ibérica, con la correspondiente probable consecuencia en forma de tormentas violentas, granizos y vientos fuertes.
«La temperatura a día de hoy en el Mediterráneo occidental (desde la Península Itálica hasta Andalucía) diría que está en niveles récord desde que hay registros. Ya estamos en valores superiores a los de 2022. Esta semana, por ejemplo, había una anomalía de 3,27 grados, es decir, la temperatura media fue 24 grados, cuando la media histórica es 21 según la climatología. Por tanto se ha calentado de forma muy exagerada. Anomalías de medio grado suelen ser lo normal, superar el grado ya no es tan normal, y menos de forma tan sostenida en el tiempo», explica Calvo en conversación con NAIZ.
Con respecto al mar Cantábrico que baña las costas de Euskal Herria, destaca también sus temperaturas elevadas. «Al fin y al cabo, lo del Cantábrico es una invención de toponimia, no deja de ser un brazo del océano Atlántico, y sí, el Atlántico también está con temperaturas cercanas al récord».
Preguntado por las consecuencias en tierra firme que puede tener esto, responde: «Si no hay un refresco en las temperaturas de la superficie del mar, por ejemplo que entrara la ‘tramontana’ que refresca, y si se dan otros factores, podrían estas anomalías de temperatura favorecer lluvias muy intensas, con intensidades realmente muy altas, un probable desarrollo de granizo grande y ráfagas de viento muy fuerte. Incluso la formación de algún tornado. Es decir, tiempo severo elevado al cubo».
Matiza que en el interior de la Península Ibérica, «por la falta de humedad, es muy difícil que se desarrollen tornados», además de por la «orografía compleja».
Por su parte, González Alemán viene expresando su alarma en su divulgación en redes sociales sobre este mismo hecho. «Es muy probable que las altas temperaturas superficiales del mar estén favoreciendo una mayor virulencia de lo normal en las tormentas que se desarrollan en la Península Ibérica. Las estadísticas [que publica] Supercélulas lo empiezan a confirmar», alerta.
Citando un cuadro comparativo de temperatura de los últimos años, esta semana ha posteado: «¡Esto es una barbaridad! Lejos de volver al equilibrio como sería lo normal, la dinámica atmosférica sobre la península parece quedarse atascada en una generadora de calor extremo». También ha señalado que «un mar extremadamente cálido no explica directamente tormentas muy virulentas, lo que hace es potenciar que, en condiciones atmosféricas favorables, las tormentas adquieran un comportamiento más agresivo, al darles energía extra y de calidad. Y la región oeste del Mediterráneo está alcanzando niveles récord de calentamiento». Un dato preocupante en una región que todavía tiene muy fresco en la memoria las muertes y pérdidas materiales enormes de la DANA de octubre pasado en València y Albacete.
El junio más cálido de la historia
Calvo explica que, paradójicamente, si no se dieran las condiciones para que se desaten tormentas, en la Península «nos podemos asar de calor»: «Si no hay perturbación de niveles altos, es decir una vaguada para que pueda dispararse la convección, solo pasaremos mucho calor. Para que se entienda: el Mediterráneo sería la pistola y la vaguada serían las balas. Pero en algún momento esas condiciones (para lluvias) se darán, y si no se dieran sería todo una gran ola de calor de 90 días».
«El Mediterráneo es la pistola y la vaguada son las balas. En algún momento las condiciones para los lluvias se darán, pero si no, sería todo una gran ola de calor de 90 días»
También explica que la temperatura del agua del mar tan alta «es energía que se guarda en el océano, y cuando viene la condición atmosférica ideal, esa energía se libera; a mayor energía esa liberación ocurre con mayor fuerza». Según el seguimiento que ha hecho en los registros, 2020 ha sido el año «de punto de inflexión, desde entonces se observa para la temperatura del mar que algo ha cambiado, aunque no se sabe todavía bien qué, pero se está calentando más rápidamente que antes y esto traerá muchos problemas: el régimen de brisas está perturbado, las noches son más cálidas, de tipo ecuatorial prácticamente, y la afección a la flora marina es muy alta».
Sobre el verano, admite que, como muchos, pensaba que iba a ser algo más fresco debido a una primavera lluviosa y no tan calurosa. «Pero ya tiene pinta de que será como el de 2022, el de peores olas de calor de la historia. De hecho, por lo que vemos, estamos hablando de que este puede ser el mes de junio más cálido desde que hay registros. Viene siendo muy por encima de lo normal».
Antes de concluir, hace otra advertencia basada en los datos empíricos de los últimos meses: «Sobre el granizo grande (piedras de cinco o más centímetros), ya en España se ha alcanzado la media del año con todos los que han caído. La media anual son 10 tormentas con granizo grande y a día 19 de junio ya ha habido 10 eventos, especialmente en la zona de Zaragoza, norte de Catalunya y Castelló».
«La media anual son 10 tormentas con granizo grande y a 19 de junio ya han ocurrido. Y en Girona en 2022 una niña de 15 meses murió al caerle una piedra de 12 centímetros»
En ese sentido, recalca la gravedad del impacto humano de este tipo de tormentas: «En Girona, en 2022 una niña de 15 meses murió porque le cayó una piedra de 12 centímetros del cielo y murió. Si bien hay que estudiarlo aún, probablemente el aumento del granizo también tenga que ver con más energía acumulada por el mar cálido».
En su trabajo divulgativo, González Alemán también ha subrayado la similitud de este verano con el del 2022 y recuerda la «tormenta convectiva extrema, llamada derecho, nunca antes vista en la región», que tuvo una fuerza de vientos comparables con un huracán nivel 3 del Caribe.
Aquella vez dieron la vuelta al mundo las imágenes de los yates chocando entre sí en los puertos de Ibiza y Formentera, con una destrucción que llegó hasta la zona de Corcega y Cerdeña. El estudio sobre aquel evento demostró científicamente que la virulencia del fenómeno era atribuible al cambio climático antropogénico.

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