Al menos una persona resultó muerta y otras diez heridas en ataques aéreos lanzados por Israel en el sur del Líbano, horas antes de la llegada a Beirut del enviado especial de Estados Unidos para Siria, Thomas Barrack.

El bombardeo de un dron contra un vehículo en Deir Kifa, en la provincia de Sour, en el sur, mató al menos a una persona y otro ataque aéreo contra la Torre Rahhal, en la región de Tiro, causó nueve heridos. Asimismo, otro ataque israelí en Zrarieh, en Sidón, causó heridas graves a una niña, que requirió su ingreso en cuidados intensivos.

Estos ataques se suman a las dos últimas semanas de continuas oleadas de bombardeos que han dejado varios muertos y decenas de heridos.

Israel prologó así la llegada de Barrack a Beirut para recibir del Gobierno libanés una respuesta al documento estadounidense que presentó durante su primera visita hace casi un mes. Esta propuesta exige el desarme del grupo chií Hizbulah, y de todas las facciones libanesas y no libanesas (una referencia a los grupos palestinos presentes en Líbano) para noviembre en todo el país, así como el establecimiento del mecanismo ejecutivo detallado para implementar el monopolio estatal de armas.

La hoja de ruta que presentó el enviado estadounidense  contó con el beneplácito del presidente libanés, Michel Aoun, quien ha insistido en muchas ocasiones en que la única entidad capacitada para defender el país debe ser el Ejército.

Barrack había dado de plazo hasta el próximo mes de noviembre para que Hizbulah culminara su desarme.

El enviado estadounidense reiteró ayer que está «sumamente satisfecho con la respuesta» de las autoridades libanesas ante el plan.

«Necesitamos diálogo para un plan a futuro. Lo que el Gobierno nos dio fue algo espectacular en muy poco tiempo y de una manera muy compleja. Estoy sumamente satisfecho con la respuesta actual», afirmó Barrack. Añadió que ahora se necesita enfocar «los detalles», pero dijo tener «muchísimas esperanzas».

Pese al cese de hostilidades firmado el pasado noviembre, Israel aún mantiene a sus tropas en cinco áreas libanesas y bombardea prácticamente a diario el país vecino. De hecho, las autoridades libanesas han registrado miles de violaciones del alto el fuego por parte del régimen sionista.

«No hay lugar para la rendición»

El líder de Hizbulah, Naim Qassem, aseguró el domingo que su formación está lista para mantener el acuerdo de alto el fuego con Israel, pero también para la «confrontación y defensa», dejando claro que «aquí no hay lugar para la rendición». «Que nadie cuestione ni nuestras capacidades ni nuestras habilidades, porque somos hombres de combate. No aceptamos ser humillados», declaró Qassem en su discurso con motivo de la festividad chií de la ashura.

El líder de Hizbulah insistió en rechazar la opción del desarme que reclama EEUU. «Las amenazas no conseguirán que capitulemos. Y que nadie nos pida que depongamos las armas», anunció Qassem, que se mostró sorprendido ante la exigencia estadounidense dado que los cohetes de la organización «representan la base de las capacidades de defensa» del país.

La formación chií desconfía de la capacidad de un Estado débil frente las agresiones israelíes que afectan a todos sus vecinos y más allá.