Trump pone el escenario y Putin marca los tiempos
La esperada reunión que Donald Trump y Vladimir Putin mantuvieron en Alaska sobre Ucrania acabó sin una resolución. Ambos mandatarios, sin embargo, subrayaron que están de acuerdo en varios puntos y expresaron su intención de reunirse nuevamente.

Tal y como estaba previsto, los presidentes de EEUU y de Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, mantuvieron primero un cara a cara, al que siguió un encuentro más amplio entre las delegaciones. Al término de la cumbre, ambos líderes comparecieron en una rueda de prensa conjunta. Finalmente no hubo acuerdo, pero eso no evito que el encuentro fuera cordial y que, según los interlocutores, hubiera avances en el principal tema de la reunión: la resolución del conflicto en Ucrania.
Ambos subrayaron que hay consenso en varios puntos. «Solo hay algunos pocos que se quedaron sin resolver. Algunos no son significativos; uno es probablemente el más importante», dijo Trump.
Partiendo de lo que ha transcendido de la cumbre, estos son algunos de los temas clave que se deberán aclarar en próximas fechas.
SIN ALTO EL FUEGO
Ucrania y la Unión Europea esperaban haber convencido al presidente estadounidense Donald Trump en su reunión telemática del pasado miércoles de que lograra un alto el fuego con su par ruso Vladimir Putin, más de tres años después de que el Ejército ruso invadiera Ucrania.
Sin embargo, no fue así. «Todos coincidieron en que la mejor manera de poner fin a la horrible guerra entre Rusia y Ucrania es llegar directamente a un acuerdo de paz, que pondría fin a la guerra, y no a un simple acuerdo de alto al fuego, que a menudo no se cumple», afirmó Trump en su red Truth Social al regresar a Washington. Esta perspectiva supone una victoria para Putin, que considera que el tiempo favorece sus posiciones.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, ha planteado en más de una ocasión que no tienen prisa por llegar a un acuerdo, y que eso forma parte de su manera de negociar. En el plano militar, las tropas rusas han logrado avances recientes en el este de Ucrania.
El presidente ruso exigió desde un principio un «acuerdo de paz» más general, para, según él, abordar las «causas profundas» de la guerra, empezando por el deseo de Ucrania de unirse a la OTAN. Moscú considera esta alianza una amenaza existencial y una de las causas por las que desató la invasión.
Según Kiev, el Ejército ruso lanzó 85 drones y un misil contra Ucrania durante la noche del viernes, a la vez que se desarrollaba la cumbre entre Trump y Putin en Alaska. El Ejército ruso reivindicó el sábado la toma de dos localidades en el este de Ucrania.
SANCIONES ESTADOUNIDENSES EN SUSPENSO
El viernes expiró el ultimátum impuesto por EEUU a Rusia para que pusiera fin a la guerra en Ucrania, a riesgo de que entraran en vigor las llamadas sanciones «secundarias», es decir, las dirigidas a países que se abastecen de Rusia, en particular de petróleo y armas.
«Visto cómo han ido las cosas hoy, no creo que deba pensar en eso ahora», declaró finalmente el presidente estadounidense en respuesta a una pregunta de Fox News tras la cumbre.
Trump tienen en sus manos una herramienta legislativa que le otorga «la capacidad de imponer aranceles del 500% a cualquier país que ayude a Rusia y apoye la maquinaria bélica de Putin», según el influyente senador republicano Lindsey Graham, uno de los impulsores de esta propuesta.
Antes de la cumbre celebrada en Alaska, que no hay que olvidar que fue organizada por la Administración Trump, el presidente declaró que estaba «estudiando cuidadosamente» esta propuesta.
Sin embargo, los líderes europeos afirmaron el sábado estar «dispuestos a mantener la presión» sobre Rusia mediante sanciones «mientras continúen las matanzas en Ucrania». Una parte de la UE considera que sin sanciones no se puede afrontar con éxito una negociación.
No obstante, el contexto de guerra comercial no parece el mejor para plantear más sanciones al vecino euroasiático, cuando además el acuerdo arancelario con EEUU ha resultado tan nefasto para los intereses europeos.
PAZ POR TERRITORIOS, NO POR AHORA
Este era el gran temor de Ucrania: un Acuerdo de Anchorage que los obligara a ceder una parte de su territorio. Además de Crimea, anexada por Rusia en 2014, actualmente el Ejército ruso ocupa aproximadamente el 20% del territorio ucraniano, en cuatro regiones del sur y el este (Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia).
No obstante, Volodimir Zelenski ha asumido que el territorio será parte de un hipotético acuerdo de paz, pero no quiere encontrarse con una propuesta cerrada.
Ni Putin ni Trump abordaron este delicado tema durante sus declaraciones ante la prensa. No está claro si el presidente estadounidense se refirió implícitamente al asunto del territorio cuando en su declaración final aseguró que quedaban «muy pocos» asuntos por resolver y que «uno de ellos es probablemente el más importante».
Tendría sentido que fuese el tema del territorio, pero tratándose de Trump queda por ver cómo se resuelven los flecos económicos de un escenario de reconstrucción.
GARANTÍAS DE SEGURIDAD
Ucrania, con el apoyo de sus aliados europeos, exige dichas garantías en caso de cese de las hostilidades, para evitar la reanudación de la invasión rusa. Moscú rechaza categóricamente esas garantías por entender que en anteriores acuerdos no se han cumplido.
Trump y Putin no plantearon directamente esta cuestión en su declaración final. Sin embargo, en su conversación posterior a la cumbre con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski y varios líderes europeos, Trump mencionó una garantía de seguridad similar al del Artículo 5 de la OTAN para Kiev, aunque fuera del marco de la Alianza Atlántica, según dos fuentes ucranianas conocedoras con esas conversaciones.
Varios países europeos, entre ellos el Estado francés y Gran Bretaña, manifestaron su disposición para contribuir a una fuerza que se desplegase en Ucrania, pero no en primera línea.
REUNIÓN TRIPARTITA, SIN FECHA NI PRECIO
Trump confirmó que recibirá a Zelenski en la Casa Blanca el lunes. «Si todo sale bien, programaremos una reunión con el presidente Putin», añadió. Previamente, sostuvo que un acuerdo para poner fin a la guerra «realmente dependía del presidente» de Ucrania.
No obstante, esa hipotética reunión se ha vuelto en un arma más en manos de la parte rusa, que no ofrecerá un encuentro así a cambio de nada.
UNA GRIETA EN EL AISLAMIENTO
En un momento en el que la Administración Trump está socavando la gobernanza internacional asociada a las Naciones Unidas, la invitación a Vladimir Putin a un encuentro en suelo norteamericano rompe con el aislamiento al que los países occidentales habían sometido al Gobierno ruso.
Por ejemplo, supone un nuevo menosprecio a instituciones como La Corte Penal Internacional (CPI), que en marzo de 2023 emitió una orden de arresto contra el presidente ruso por crímenes de guerra, argumentando que es responsable de la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia.
Si bien es cierto que ni Rusia ni Estados Unidos han ratificado el Estatuto de Roma, el tratado fundacional de la Corte Penal Internacional (CPI), y que, por lo tanto, no son parte de la CPI y no están obligados a cumplir sus disposiciones, ni tienen obligación de cooperar con sus investigaciones y procesos, menoscabar de manera tan flagrante sus mandatos tendrá consecuencias en la legitimidad de esos organismos. Con lo que representa todo ello en el contexto del genocidio al que Israel está sometiendo al pueblo palestino.

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