«Lo que pasa en Gaza es un crimen de guerra aberrante»
El periodista y abogado Jonatan Meta, argentino que vive en Jerusalén, afirma que la política israelí está «atrapada por ideologías extremas» con un Gobierno «netamente populista». Alerta de la deriva autoritaria de Benjamin Netanyahu.

Jonatan Meta busca un rato para una larga entrevista con NAIZ desde su piso en Jerusalén. Tiene 36 años y se fue a vivir a Israel en 2018 con su esposa aunque toda su familia se quedó en Buenos Aires. Aclara que es agnóstico y que quiso migrar porque en los movimientos juveniles judíos argentinos «siempre inculcan la idea de Israel como un lugar donde realizar el ideal sionista» y él creyó que había que darle «una oportunidad».
Como para casi todos los judíos argentinos, sionismo no es colonización y barbarie sino forjar un territorio propio sin ser perseguidos. Apunta que «Haifa es la ciudad donde yo quería vivir, porque es multicultural y allí todos viven juntos, entremezclados, árabes musulmanes, judíos y árabes cristianos, sin guetos. Trabajé allí tres años en la Fiscalía General». Luego se mudó por motivos laborales a la ciudad-meca de las grandes religiones.
Lamenta que en Jerusalén sea distinto, una situación que ha empeorado desde 2021, cuando «hubo enfrentamientos organizados en ambos bandos -sostiene- para quebrar la convivencia pacífica». Actualmente, Meta tiene un programa diario en la emisora de radio del conglomerado de medios públicos KAN, que ha logrado mantener su independencia de las garras de Netanyahu.
¿Podría resumir el momento político de Israel?
El peor momento desde su fundación. Atrapado por ideologías extremas, no presenta ninguna salida en términos estratégicos. Israel siempre tuvo una visión estratégica pero que se empezó a erosionar hace años. La derecha extrema está atrapando a Israel y la izquierda no tiene peso. La oposición está completamente atomizada y no es fiable como para que pueda cambiar la situación. No hay un contrapeso. No hablo solo por la cuestión con los palestinos, me refiero a todo: quieren cerrar los medios públicos, pasar por encima del Supremo...
Quien visita Israel dice que la sociedad está traumatizada desde octubre de 2023. ¿Está saliendo del shock vengativo?
La sed de venganza se ha frenado. Lo que pasó con el ataque de Hamas, más allá del shock y la rabia, es que legitimó ciertos discursos. Pero no podemos engañarnos porque en 2022 entró la ultraderecha más radical a la Knesset. Ese giro viene desde el magnicidio de Isaac Rabin y lo cierto es que aquellos que alentaban públicamente su aniquilación están hoy en el Gobierno. La sociedad estaba siendo inducida por ellos y en 2023 explotó.
Los sectores que creían en salidas pacíficas hicieron suya la sed inicial de venganza pero están reculando. Ahora se vuelve a escuchar a gente que quiere la solución de los dos estados. Hay un nuevo líder, Yair Golan, que fue vicejefe de las FFAA y hoy es presidente de Demócratas, que aglutina a los dos partidos de la izquierda, Meretz y los Laboristas, y está generando esperanza. También está el jefe de la oposición Yair Lapid, quien propone que la ANP gobierne Gaza. El problema es que la mayoría de la sociedad se opone a un Estado palestino, a una solución de paz.
¿Es transversal eso, a izquierda y derecha?
Cuando hablamos de derecha es en sentido bélico, resolver conflictos con mano dura, no en sentido económico. El Gobierno de Netanyahu es intervencionista de la economía, tiene más de 30 ministros. Cuando Milei visitó Israel, Lapid aconsejó irónicamente a Netanyahu que aprendiera de sus recetas ultraliberales y retirara las subvenciones a los ortodoxos. Es un Gobierno netamente populista.
Hay dos partidos ultraortodoxos que han retirado su apoyo a Netanyahu...
Shas y Judaísmo Unido dejaron sus ministerios por el viejo conflicto del enrolamiento [a los religiosos ortodoxos se les permite no hacer el servicio militar]. El Supremo ordenó que se legisle una ley que garantice la igualdad y el Gobierno la está bloqueando. Pero esos dos partidos no apoyan una moción de censura.
Si los partidos de los líderes ultrasionistas Ben Gvir y Smotrich se fueran, entonces sí caería la coalición, porque juntos suman 14 escaños. Ellos amenazan con tumbar al Ejecutivo si hay un acuerdo con Hamas porque quieren que siga la guerra en Gaza, ocuparla y promover la migración de los gazatíes y reasentar colonias.
«Los partidos ultrasionistas amenazan con tumbar al Ejecutivo si hay un acuerdo con Hamas porque quieren que siga la guerra en Gaza, ocuparla y y reasentar colonias»
¿Puede prosperar algo así en esta vorágine?
Hay dos cuestiones, la política, la más importante, y la militar. En la militar no hay razón, Hamas no existe ya, lo dice el propio Ejército israelí. Siempre quedarán dos o tres terroristas, pero podemos estar así 50 años. Hay que buscar un acuerdo político y asegurarse de que Hamas no vuelva. Israel no va a conseguir ningún tipo de progreso militar significativo, porque Hamas no es lo que era. Podría resurgir, sí, pero la forma de evitarlo es hacer acuerdos políticos, como en Líbano con Hizbullah.
Israel sabe que tendrá que afrontar ciertas decisiones: estabilizar relaciones con Siria, salir de los nuevos sitios ocupados en el Golán, o permitir que se rehabilite a la ANP. Pero Israel no está preparado. No puede aceptar que no vamos a poder volver al 6 de octubre de 2023, a un momento en el que la ANP estaba pero hacía lo que Israel quería, en el que Israel permitía que Hamas se financiara a través de Qatar para generar división y así darle protagonismo para que fuera un interlocutor inválido por terrorista. A Benjamin Netanyahu la existencia de Hamas le servía para negar la posibilidad de un Estado palestino. Todo esto nos explotó en la cara.
¿Qué opina de la estrategia de ocupar la ciudad de Gaza y mantener el control del resto del enclave sin ocupación?
La ocupación es algo con lo que vienen coqueteando desde que empezó esta guerra. El jefe del Ejército dijo que no quería poner en riesgo la vida de los rehenes y Smotrich le respondió que diez secuestrados no pueden condicionarlo todo. La ultraderecha quiere enmendar un pecado, según ellos, cometido hace 20 años (la retirada unilateral de Gaza). Se calcula que hay 800.000 personas en la ciudad de Gaza y las quieren llevar hacia el sur, lo que, además de violar el derecho humanitario, no tiene sentido. El Ejército está reclamando sin éxito al poder político una herramienta para dividir y aislar a la población civil de Hamas.
Hace unos días el diario ‘Haaretz’ publicaba que «el aislamiento internacional de Israel es doloroso pero necesario». ¿Es una opinión generalizada?
Sí, pero creo que son más los que creen que esto del aislamiento es antisemitismo que los que aceptan que lo de Gaza es una respuesta apropiada. Como ciudadano, entiendo que las sanciones y el aislamiento son contra este Gobierno y que son necesarias porque no podemos convivir con el hecho de que a 45 minutos de donde te estoy hablando se está produciendo uno de los crímenes de guerra más sangrantes de nuestros tiempos. Cada vez está quedando más claro también en parte de la sociedad israelí que lo que pasa en Gaza es un crimen de guerra aberrante. Pero la mayoría de la sociedad se aferra a la idea de que España y Francia son antisemitas y que dentro de poco lo será también Donald Trump.
Las imágenes y los datos son espeluznantes. ¿Cómo digiere la sociedad su responsabilidad en ello?
Hay una gran diferencia entre los que consumimos información y quienes no. Está el Canal 14, totalmente oficialista, el 12 que es conservador, y KAN, independiente y opositor al Gobierno. Desde el 7-O la prensa entera decidió seguir ciertas reglas, que “Haaretz” nunca siguió, como que no se mostraran las imágenes de la hambruna. El israelí medio no ve ninguna de esas imágenes, no ve preocupación sobre eso en los medios. Todos los periodistas que fueron a Gaza fueron empotrados al Ejército y replicaron su narrativa.
«Israel no va a conseguir un progreso militar significativo, porque Hamas no es lo que era. Podría resurgir, sí, pero la forma de evitarlo es hacer acuerdos políticos, como en Líbano con Hizbullah»
La batalla del relato...
Sí, la narrativa que se impone es la del Ejército, más al tener en frente un grupo terrorista. Aunque desde Israel no se ponen en duda los números que da Hamas de muertos en Gaza. Los ataques son tan fuertes que a veces se sienten en Jerusalén. El Ejército está demoliendo todo con bombas de dos toneladas, está aplanando el terreno. Muchos analistas sospechan que el Ejército cambió el objetivo y ahora quiere hacer de Gaza un lugar invivible para forzar la aplicación del programa de Trump. La fantasía de las derechas es creer que los palestinos acabarán yéndose a Egipto.
¿Qué pasa con el modelo supuestamente democrático formal en Israel?
Los sistemas tienden a funcionar pero estamos en un momento crítico. Digamos que la democracia está en coma, no solo por Gaza. Este Gobierno no cree en la democracia.
¿Qué pasará con Gaza?
Creo que esto va a terminar, hay muchas presiones de muchas partes del mundo y surtirán efecto. Creo que no irá más allá de septiembre, aunque puedo equivocarme. El reconocimiento del Estado palestino le preocupa mucho al Gobierno israelí, para quien el mal menor siempre fue Hamas y el mayor, la creación de un Estado palestino. Están dispuestos a vivir en estado de guerra constante porque levanta la popularidad cada tanto, de hecho la de Netanyahu estaba por los suelos y subió con el ataque a Irán.
Pero Israel no puede vivir solo. Yo creo que le convendría un Estado palestino en términos de seguridad y económicos, aunque tuviera que afrontar la difícil cuestión de los territorios.

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