Pello Guerra
Redactor de actualidad / Aktualitateko erredaktorea

El corto ‘Emakumeak’ homenajea a las mujeres que socorrieron a los presos del fuerte de Ezkaba

Entre 1934 y 1945, grupos de mujeres subieron hasta el fuerte de Ezkaba para ayudar a sobrevivir a los presos encerrados en condiciones infrahumanas en ese penal. A todas ellas quiere homenajear el poético corto documental ’Emakumeak’, que se está rodando estos días en el monte de Iruñerria.

Beatriz Larragueta, a la izquierda, en pleno rodaje en el monte Ezkaba del corto documental ‘Emakumeak’.
Beatriz Larragueta, a la izquierda, en pleno rodaje en el monte Ezkaba del corto documental ‘Emakumeak’. (Aitor KARASATORRE | FOKU)

Por los mismos senderos que fueron abriendo por el monte las mujeres que socorrieron a los presos del fuerte de Ezkaba entre 1934 y 1945 se está rondando el corto documental ‘Emakumeak’, con el que su directora, Beatriz M. Larragueta, les quiere homenajear a través de un viaje poético que busca difundir una historia ocultada durante décadas.

En uno de esos senderos que serpentean por las faldas del monte Ezkaba se encuentra tomando recursos el equipo que está rodando este particular corto. Lo están haciendo con una cámara analógica de 16 mm, con la que se acercan a hojas, rocas cubiertas por el musgo, flores o en busca de mariposas para hacer las tomas que servirán para recoger el viaje onírico al pasado en el que se ha embarcado Larragueta.

Este martes es el primer día de un rodaje que se prolongará durante una semana y al que se sumará el metraje que ya ha grabado por su cuenta su directora. Todo ello para realizar el recorrido que va desde Artika hasta la cumbre del monte, donde todavía se levanta el fuerte convertido en penal en los años 30 del siglo pasado.

A partir de 1934, acogió a presos políticos, primero de la Revolución de Asturias, y a partir del golpe de Estado del 36, de todos aquellos que no comulgaban con los sublevados fascistas.

Mientras los hombres eran hacinados en ese lugar en condiciones infrahumanas, sus esposas, madres, hermanas e incluso mujeres que ni siquiera les conocían ascendían y bajaban de ese monte para poder atenderles facilitándoles alimento, limpiando su ropa y transmitiéndoles una moral que muchas veces les faltaba a ellas mismas.

A estas heroicas mujeres es a las que quiere homenajear el corto documental ‘Emakumeak’ contando una historia con la que dio Larragueta «de manera fortuita, leyendo un libro sobre el fuerte», una instalación que «siempre ha estado al lado de mi casa, porque soy de la Rotxapea. Desde el balcón de mi casa se intuye el fuerte».

Un viaje poético entre pasado y presente

A partir de esa primera aproximación, «empecé a indagar un poco sobre su historia y di con un libro en el que había tres testimonios de unas mujeres que contaban su experiencia, de cómo se habían organizado y subían al fuerte para ayudar a los presos. Me llamó la atención, porque no conocía la historia de esas mujeres».

Tirando del hilo, terminó dando con el libro ‘Tejiendo redes’, de Amaia Kowasch, «que es muy potente, ya que estuvo siete años haciendo entrevistas sobre estas mujeres. Ese libro es la base a nivel de testimonio directo para el documental».

Pero no se trata de una recreación histórica, sino de un viaje poético entre pasado y presente que recorre el camino de solidaridad que abrieron estas mujeres. Larragueta se ha decantado por esta fórmula, porque «es una historia que pasó hace 90 años y no me apetecía hacer un documental al uso, porque no quedan mujeres de entonces que estén vivas».

Así que se trata de «un documental más experimental, de autor, en el que soy yo acercándome a esta historia a través de los elementos del monte, la naturaleza, las hojas, la tierra, el propio territorio. Es como intento conectar con esas mujeres a través del monte Ezkaba, que es donde ellas pasaban para ir al fuerte». Y lo hace con su voz en off explicando este ejemplo de solidaridad.

Es su manera de aproximarse a una historia «que me impactó que hubiera estado tan cerca de mí y que no fuese conocida. Ha estado en el aire, pero que no descubres hasta que te paras y vas indagando».

La mitad no visible de la historia

Y una historia con diferentes épocas. Así, «está la del 34, que es cuando las mujeres subían de forma menos clandestina, cantando jotas y no corrían tanto peligro. Pero a partir del 36, sí que se complica mucho la cosa. Las que subían tenían que hacerlo acompañadas para que no les pasase nada, de forma más clandestina. Y eran diferentes grupos de mujeres, no era un único grupo».

Esa clandestinidad ha sido tan prolongada que es «una parte de la historia que ha sido ocultada. Se conoce mucho sobre el fuerte, las condiciones de los presos, de la fuga del 38, que fue la más grande a nivel de Europa. Pero la historia de estas mujeres no se conoce, aunque eran un sustento para los presos, porque les subían ropa limpia, cartas de familiares, porque muchos no eran de Navarra, dinero... Les ayudaron mucho. Es la otra mitad de la historia que no ha sido visible hasta ahora».

Y la quiere hacer emerger del olvido de una manera muy particular, incluso a nivel de formato, ya que está empleando una cámara analógica de 16 mm para conseguir una imagen que «nos va a recordar un poco a esa época».

Con vocación social

Para llevar a la práctica este proyecto, Larragueta ha contado con el apoyo de la productora navarra El Rayo Verde. Una de sus responsables, Marina González, destaca que este corto tiene «mucha vocación social», a lo que se suma «la perspectiva feminista y que es innovador en cuanto al formato».

Teniendo en cuenta estas características, buscaron financiación a través del programa Innova y la lograron «casi en su totalidad». Además, «está promovido por Fundación La Caixa y Fundación Caja Navarra».

En lo que respecta a los plazos, González explica que en estos momentos están inmersos en el rodaje, para pasar a la posproducción para final de año y empezar a distribuirlo a comienzos del año que viene. A partir de ahí, empezará «un recorrido por festivales durante dos años, con el estreno en Zinebi, porque estuvo en el programa Aukera».

Ese es el plan de trabajo de un corto documental diferente que se está gestando esta semana en las faldas del monte Ezkaba y entre mariposas. Unos insectos que, como recuerda González, simbolizan a un ser querido fallecido y que en este homenaje visual representan a los presos de Ezkaba muertos en el penal y a aquellas mujeres que se jugaron la vida por socorrerles.