Prosigue el giro hacia la ultraderecha en gran parte de Sudamérica, confirmado con la victoria de José Antonio Kast en las elecciones de este domingo en Chile. El ultraliberal, hijo de una familia de migrantes alemanes con pasado nazi, concitó el 58,1 % de los votos frente al 41,8 % de la candidata de la coalición de centro-izquierda, Jannette Jara, en un proceso con sufragio obligatorio por primera vez en unas presidenciales, en el que el voto blanco y nulo se multiplicó respecto a la primera vuelta.
En su primer discurso como presidente electo, Kast, seguidor de la secta ultracatólica Schoenstatt, agradeció su victoria a Dios, al que le pidió sabiduría y templanza para un gobierno que arrancará el próximo 11 de marzo.
«Nada sería posible si es que no tuviéramos a Dios. Y eso es algo que no podemos dejar de reconocer. Nada ocurre en la vida para los que somos de fe, que no sea en relación directa con Dios. Y ahí decir que para mí es un honor, una tremenda responsabilidad el mandato amplio que hemos recibido hoy día», ha afirmado.
Kast ha apelado a la unidad del país, ha prometido gobernar «para todos los chilenos», ha agradecido el apoyo del ultraderechista libertario Johannes Kaiser, a la derecha tradicional y a su líder, Evelyn Mzathei, hija de un general de la junta de Pinochet, y ha valorado el «coraje» de su rival, para la que ha pedido respeto a pesar de las diferencias.
En las celebraciones han aparecido igualmente numerosos retratos y pancartas con imágenes de Pinochet.
El ganador electoral ha repetido sus políticas represivas para contener la migración irregular y la violencia, pero ha atemperado el tono y, sobre todo, ha rebajado las expectativas que alimentó durante la campaña al pedir paciencia porque los cambios «no se pueden hacer en poco tiempo».
Oposición constructiva
La candidata del centro-izquierda, la comunista Jeannette Jara, ha prometido seguir luchando y trabajando para defender los avances progresista y de derechos que han ganado los chilenos en los últimos años y ha avanzado que hará una oposición «propositiva y exigente».
«Seremos firmes en proteger lo logrado», ha subrayado la candidata, que ha instado a los partidos de la amplia, heterogénea e «histórica» coalición que la eligió en primarias a «mantener la unidad» para hacer frente al desafío de la ultraderecha.
«Seguiremos juntos y de pie, como siempre lo hemos hecho», ha dicho Jara, quien ha llamado a su rival para admitir su triunfo, como ha hecho el propio presidente de la República, el progresista Gabriel Boric, que ha prometido entregarle «un país en marcha» a través de «una transición ordenada» que arrancará este lunes con una reunión entre ambos en el Palacio de La Moneda.
La ceremonia de entrega del poder se celebrará el próximo 11 de marzo, fecha para la que Kast ya habrá presentado su gabinete.
Sudamérica gira hacia la extrema derecha
Nada más conocerse la noticia, Kast ha recibido un aluvión de felicitaciones de líderes de la ultraderecha internacional, alegres por un triunfo en Chile, que agudiza el giro de Sudamérica hacia la extrema derecha, en línea con los postulados del presidente de EEUU, Donald Trump.
En nombre de la Casa Blanca, el secretario de Estado, Marcos Rubio, ha opinado que, bajo su liderazgo, Chile impulsará prioridades compartidas, como el fortalecimiento de la seguridad pública, el control de la inmigración ilegal y la revitalización de la relación comercial bilateral, y ha expresado su disposición a trabajar estrechamente con el futuro Ejecutivo chileno.
Más efusivo ha sido el presiente argentino, Javier Milei, con quien Kast dijo «compartir sueños», quien ha expresado su «enorme alegría» por la victoria de su «amigo» y con quien ha prometido trabajar juntos para que «América abrace las ideas de la libertad».
También han expresado su deseo de colaborar y estrechar lazos los presidentes de Ecuador, Daniel Noboa; de Bolivia, Rodrigo Paz; Paraguay, Santiago Peña; y Costa Rica, Rodrigo Chaves.
Más institucional, el presidente brasileño, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, ha destacado la transparencia y el orden del proceso electoral, le ha deseado «mucho éxito» en su futuro mandato y ha reafirmado el compromiso de Brasil de fortalecer las relaciones bilaterales, así como los lazos económicos y comerciales, y de preservar a Sudamérica como una «zona de paz».
La nota discordante la ha puesto el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien ha advertido de que en América «vienen los vientos de la muerte» y ha llamado a los países de la antigua Gran Colombia a «resistir con la espada de Bolívar en alto».
Desde Europa, uno de los primeros en felicitar a Kast ha sido el líder de Vox, Santiago Abascal, quien comparte silla en la Conferencia Política de Acción Conservadora, que desde Estados Unidos vincula a partidos de extrema derecha.

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