
Dave DeBusschere, Walt 'Clyde' Frazier, Jerry Lucas, Earl 'The Pearl' Monroe, Willis Reed y todo un Phil Jackson, entre otros, saliendo del banquillo, formaban aquellos Knicks de Nueva York que se alzaban con su segundo y último anillo de la NBA en la temporada 1972/73, después de superar a unos Lakers de Wilt Chamberlain –supondría su retirada– y Jerry West –mítico icono de la NBA fallecido este año 2024–, dirigidos por el técnico Red Holzman.
Tres años antes habían conquistado el primer anillo de la franquicia y desde 1973, pese a disputar las Finales de 1994 –derrota por 4-3 ante los Rockets de Olajuwon– y 1999 –derrota por 4-1 ante los Spurs de Tim Duncan y David Robinson–, no ha logrado más trofeo que tener a Spike Lee sentado en la primera fila, jugadores de la talla de Pat Ewing tuteando a los Bulls de Jordan, al punto de rozar el éxito en un par de ocasiones, y muchas decepciones. Hasta este miércoles, cuando se han alzado con la tercera edición de la Copa de la NBA.
Aunque las casas de apuestas se inclinasen por la franquicia de la Gran Manzana para llevarse esta tercera Copa de la NBA, uno ha de hacerse discípulo de Santo Tomás y decir aquello de «si no lo veo, no lo creo». Y hete aquí que, apareció con las marcas de los clavos en las manos y los pies, y la cicatriz de la lanza en el costado. El marcador ha registrado un inapelable 124-113 a pesar de tener enfrente a nada menos que a los San Antonio Spurs de Victor Wembanyama, capaces de derrotar en semifinales a unos Oklahoma City Thunder que, ante los Spurs, sumaban la segunda (2) derrota de toda la temporada, para firmar un balance de 24-2, muy por delante de los 21-5 de los Detroit Pistons líderes de la Conferencia Este, por no hablar de los 19-6 de los Denver Nuggets, segundos en el Oeste.
Pero las casas de apuesta se inclinaban por los Knicks y estos, mostrando sus estigmas a los discípulos, han hecho posible lo imposible y han derrotado a los Spurs de manera inapelable, con 25 puntos y 8 asistencias de Jalen Brunson, nombrado MVP de la finalísima. ¡Señor mío y Dios mío!
11 puntos o más
Brunson ha sido el MVP de este «milagro en Las Vegas», pero ni siquiera ha sido el máximo anotador de su equipo, ya que OG Anunoby se ha ido a los 28 tantos y 9 rechaces, en una coral actuación en la que siete jugadores; es decir, el quinteto titular formado por Brunson, Anunoby, Karl-Anthony Towns, Josh Hart y Mikal Bridges, más los reservas Jordan Clarkson y Tyler Kolek han sumado 11 puntos o más.
Ha sido un duelo en el que los propios Spurs han ido hasta con 11 puntos de renta en el segundo y tercer cuartos, incluyendo un 81-92 a dos minutos del final del tercer cuarto. A partir de ahí, los Knicks han firmado un contundente parcial de 43-21 y, con mucho oficio, han conquistado el trofeo.
Y es que los entrenados por Mike Brown han demostrado tener mucha capacidad de desenvolverse en los finales apretados y en ese final, Jalen Brunson ha emergido en su mejor versión, a pesar de toparse con los 18 puntos de Wembanyama y los 21 de un sorprendente novato que responde al nombre de Dylan Harper. Los Spurs posteriores a la era de Gregg Popovich demuestran tener futuro y que van en el camino correcto de reconstruir una franquicia con opciones a todo a medio plazo, pero en esta final copera, han tenido que ceder el trono a unos Knicks que recogen la herencia de título en este torneo de principio de campaña a los Lakers y los Bucks. Una curiosa «seguidilla» que recuerda los anillos de principios de los años 70, ya que los títulos de Nueva York en 1970 y 1973 tuvieron llegaron antes y después de los títulos de los Milwaukee Bucks de Oscar Robertson y Lew Alcindor –después Kareem Abdul-Jabbar– en 1971 y los Lakers de Chamberlain y Jerry West en 1972.

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