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La Real se encomienda a Matarazzo, bregado en la Bundesliga y desconocido en la Liga

Pellegrino Matarazzo es el hombre elegido por la directiva de la Real para sacar el equipo del lío clasificatorio. El estadounidense de ascendencia italiana ha hecho cierta carrera en la Bundesliga en la estela del actual seleccionador alemán, Julian Nagelsmann, pero no ha pisado la Liga.

Pellegrino Matarazzo, en un partido europeo con el Hoffenheim.
Pellegrino Matarazzo, en un partido europeo con el Hoffenheim. (Daniel Roland | AFP)

Mide 1,98 de altura; se ha criado futbolísticamente entre Estados Unidos y Alemania; fue un jugador mediocre pero ha sido un técnico de éxito, aunque algo efímero, en Stuttgart y Hoffenheim; y su ‘padrino’ es el hoy seleccionador alemán, Julian Nagelsmann. Son los datos que pueden resumir a Pellegrino Matarazzo, hasta anteayer un desconocido en estos lares y ahora el hombre destinado a enderezar la temporada de la Real Sociedad tras la caída de Sergio Francisco.

Ha firmado por esta temporada y la siguiente, tal y como lo ha confirmado el club este sábado. «Llega a la Real para enderezar el rumbo y darle un nuevo impulso al equipo en una temporada en la que aún quedan retos por delante», señala el comunicado de la Real.

Matarazzo ha sido el escogido entre una terna formada por Thiago Motta (demasiado caro al seguir vinculado a la Juventus) y Marco Rose (también alemán y con más nombre, e igualmente más caro). Uno de los problemas que se atisban al ‘yankee’ es que ni conoce el castellano ni ha pisado la Liga, ni en su etapa como jugador ni en la de entrenador.

Nacido en New Jersey (Estados Unidos) en 1977, como futbolista hizo sus pinitos en su país natal y lo intentó posteriormente en Italia, motivado por su ascendencia familiar, pero no consiguió encontrar el equipo que deseaba. De allí se marchó a Alemania, país en el que sí logró contratos hasta llegar como principal estación al Núremberg, donde acabó retirándose. Pasó inmediatamente al banquillo, para el que ya se le intuían dotes en su fase como jugador. Como otros muchos técnicos, jugaba habitualmente como pivote, la posición más táctica. Otro apunte interesante: se licenció en Matemáticas.

Tras entrenar en Segunda al Augsburgo, su mayor éxito lo logró con el Stuttgart, un histórico vecino a menos en 2019, al que cogió también en Segunda y logró subir a Primera y clasificar noveno acto seguido. La tercera temporada ya fue peor (puesto 15) y en la cuarta acabó destituido al noveno partido, sin haber logrado una victoria.

El Hoffenheim se fijó entonces en él, y también en este equipo tuvo una trayectoria ascendente al inicio pero descendente pronto. Lo salvó en 2022-23 con cierta comodidad, lo llevó después a Europa en 2024 (puesto séptimo en la Bundesliga), pero tras un punto de inflexión también terminó cesado al décimo partido, si bien el balance entonces no era tan malo como para descabalgarlo. Desde entonces –hace algo más de un año– Matarazzo no ha entrenado.

Vistas estas trayectorias sinuosas, se atisba que el nuevo técnico realista ha desempeñado un buen papel como revulsivo, algo que ahora necesita la Real, aunque luego no ha terminado de tener continuidad y estabilizarse.

Habitualmente ha usado defensas impares, con tres o cinco efectivos. En la Bundesliga está catalogado como un entrenador moderno, que gusta de la velocidad y el contrataque sin desdeñar el juego de posición.

El club ha informado que el domingo presenciará el encuentro del Sanse, el filial, y el lunes, a partir de las 16:00, será presentado oficialmente en el Estadio de Anoeta.