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Emoción y nervios en Iruñea en los dedos entrelazados con Catalunya e Ipar Euskal Herria

«Somos un pueblo. Tenemos derecho a decidir. Ejercer ese derecho está en nuestras manos. Gure esku dago!». Con ese mensaje, leído en euskara, castellano y francés, se ha cerrado el acto central de Iruñea en el parque de Antoniutti, justo en el último kilómetro de la cadena humana, el kilómetro 123.

Los castellers de Sant Vicenç del Horts han formado un castell en Iruñea. (Idoia ZABALETA/ARGAZKI PRESS)

Aquí, cogidos de las manos, bailando y corriendo hacia delante y hacia atrás, aunando dos gritos –‘¡Visca Catalunya!’ y ‘Gora Euskal Herria!’–, hemos sentido la emoción y los nervios en nuestros dedos y también en los dedos de quienes nos daban la mano, que temblaban, seguramente también por el calor. Escuchamos el ruido del helicóptero que sobrevuela sobre nuestras cabezas y tratamos de visualizar, aunque desde aquí no se aprecie, qué larga es en realidad esta cadena  y cuánta gente estará reivindicando al mismo tiempo que nosotros que somos un pueblo que quiere escribir las palabras ‘Futuro’, ‘Juntos’ y ‘Decidir’.

Notamos el sudor en los dedos y en la espalda, las venas hinchadas en manos y pies. Nos soltamos las manos unos segundos para tomar alguna fotografía y embadurnarnos de crema, y otra vez a correr. Es tal el calor que hacia la mitad del tiempo, hacia las 12.15, algunos eslabones de la cadena se toman un descanso y se mueven hacia los jardines de al lado, en busca de sombra. Entre las personas que están tumbadas sobre el fresco césped, están los castellers de Carallots, de Sant Vicenç del Horts, que han levantado un impresionante castell antes de que se formara la cadena, mientras los dantzaris animaban el ambiente.

Los organizadores habían pedido que para las 10.00 cada uno estuviera en su sitio, pero aquí en el último kilómetro se han tomado con un poco más de calma y la hilera no se ha formado hasta las 11.30 o más tarde. Eso sí, la gente ha llegado a tiempo. Algunos pertrechados con banderas (navarras, ikurriñas, catalanas…), otros con txapelas construidas con periódicos. Entre las numerosas ciudadanas y ciudadanos llegados de distintos rincones, especialmente desde Ipar Euskal Herria y Catalunya, se reconocen también caras conocidas que participan a título personal: Kirmen Uribe (autor de la letra de la canción de Gure Esku Dago), la también escritora Irati Jiménez, el parlamentario de Aralar-NaBai Patxi Zabaleta, el diputado de ERC en el Congreso español Joan Tardá, el diputado de Amaiur Rafa Larreina, el exlehendakari Carlos Garaikoetxea, el parlamentario navarro de Bildu Koldo Amezketa… Este último ha destacado, por ejemplo, que esta iniciativa de democracia y capacidad de decisión no es «flor de un día» y que ha de haber y va a haber continuidad en el tiempo. «Se ha de ir haciendo poco a poco para que vaya calando en la mayor cantidad posible de la ciudadanía», ha defendido.

A las 12.30 en punto, con el sonido del cuerno, se da por finalizada la cadena humana. Los participantes, gente de todas las edades y de todo tipo, levantan las manos y aplauden orgullosos. «¡Lo hemos conseguido!».

Tras unas palabras de los catalanes, que han recordado los ocho castells que se han levantado hoy en otras tantas capitales europeas (la última aquí en Iruñea), la gente se ha tomado un descanso para comer algo y una hora más tarde se ha dado comienzo al acto central. Los castellers de Sant Vicenç dels Horts han construido un nuevo castell, más alto que el anterior, entre gritos en favor de la independencia. Los espectadores aplauden siguiendo con atención todos los pasos de los hábiles escaladores que van subiendo poco a poco. Les quieren dar fuerza. El más pequeño sube a la cima y sentimos vértigo solo con verlo. Empieza a bajar nada más llegar a la punta y temblamos con él.

Los organizadores suben al tablado y empiezan enumerando uno a uno los nombres de las personas que han hecho posible está dinámica. «Podría seguir hasta mañana, pero ya me entendéis, ¿no?», expresa uno. Otra organizadora explica que cuesta resumir con palabras todo lo que «hemos hecho, habéis hecho», pero que se puede medir en las sonrisas de la gente, las confianzas creadas y el puente construido. Otro organizador, de Ipar Euskal Herria, defiende que lo que quieren es decidir. «Partiendo de nuestra realidad, a nuestro ritmo, pero vamos por vuestro mismo camino y os extendemos la mano con la esperanza de que vosotros hagáis lo mismo».