Ángeles y demonios
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Me repliego y me voy despidiendo, nostálgica. Un año más, de Zinemaldia, me llevo gestos generosos y momentos inestimables, cada edición aprendo algo nuevo sobre el cine y sobre las personas que lo hacen posible.
Confieso que algunas de las mejores cosas que tiene un festival suceden fuera de las salas, en calles y rincones. Un paseo por la playa desierta por la noche, un encuentro inesperado, el sabor del vino en buena compañía... Es la vida pequeña, alejada de las alfombras rojas, esa en la que hay ‘libertad’. El disfrute de algunos de esos momentos es lo que marca el espíritu del personaje principal de ‘El ángel’, una coproducción hispano-argentina, dirigida por Luis Ortega y estrenada en el pasado Festival de Cannes y que pudimos ver en la sección Perlas.
La película que representará a Argentina en los Oscar y en los Goya parte de la vida del asesino en serie Carlos Robledo, conocido como ‘el ángel de la muerte’, un individuo que conmocionó a Argentina en la década de 1970 por cometer 11 asesinatos y 17 robos. Mediante una realización impecable y unas actuaciones de un nivel fuera de serie, la cinta nos lleva de la mano por la mente de un psicópata que es idealizado por momentos en ese afán posmoderno de convertir en estrellas a asesinos en serie. Con este visonado me repliego. Me voy despidiendo nostálgica, les deseo mucha suerte a todos los compañeros y compañeras que compiten en este festival, terminar una película ya es un premio. Llegar vivas al final de un festival, también.