SÁNCHEZ NOS ENTRETIENE CARGO A CARGO
PEDRO SÁNCHEZ DEDICÓ LA MAÑANA DE AYER A ENTRETENER A LA AUDIENCIA ANUNCIANDO CONTINUIDADES Y NOMBRAMIENTOS DE UNO EN UNO PARA UN GOBIERNO HINCHADO HASTA EN LA DENOMINACIÓN DE CADA CARTERA, CUANDO LO QUE SE DIJO INICIALMENTE ES QUE SE CELEBRARÍA EL PRIMER CONSEJO DE MINISTROS CON MEDIDAS SOCIALES.
Para leer este artículo
regístrate gratis o suscríbete
¿Ya estás registrado o suscrito? Iniciar sesión
Se te han agotado los clicks
La Moncloa nos bombardeó ayer con nombres y perfiles de ministros y ministras, de forma que para cuando se asimilaba uno ya había caído encima otro. Continuidades, como la de Fernando Grande Marlaska –no solo el Tribunal Supremo es insumiso ante los tribunales europeos– y novedades como la de Arancha González, una tolosarra para Asuntos Exteriores, cuyo perfil figura junto a estas columnas.
No es fácil entender por qué el Gobierno no se ha dado a conocer de forma más global, siquiera agrupados por cada uno de los componentes del Ejecutivo de coalición. Por cierto, tampoco es comprensible esta hinchazón, semejante inflación de ministerios, algunos de los cuales parecen tener una denominación más larga que su listado de competencias, sobre todo teniendo en cuenta que muchas de ellas están transferidas a las comunidades autónomas.
Se había dicho que ayer se celebraría el primer Consejo de Ministros con la adopción de una batería de materias sociales que justificara el tiempo perdido en la constitución de un Gobierno «progresista». La realidad fue distinta. El Consejo se anuncia ahora para el martes. Se puede aducir que en términos históricos, bueno... ¿de legislatura? ¿o anuales? el retraso de cuatro días es mínimo. El problema es que lo que se ha transmitido es que este paréntesis ha obedecido únicamente a un primer roce de egos entre los socios y la necesidad de Pedro Sánchez de dejar claro a Pablo Iglesias quién manda. Mal presagio. De nuevo la comunicación como guía. Cabe esperar que todo sea fruto de que a convivir se aprende conviviendo.
Unidas Podemos se adelantó
El caso es que el martes, a la sesión definitiva de la investidura de Pedro Sánchez, se llegó sabiendo ya cuál iba a ser la alineación de Unidas Podemos. Pablo Iglesias, vicepresidente segundo de Derechos Sociales y Agenda 2030; Irene Montero, ministra de Igualdad; Yolanda Díaz, ministra de Trabajo; Alberto Garzón, de Consumo con competencias también en apuestas; y Manuel Castells, que llegó al Congreso acompañado de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, llevará la cartera de Universidades.
Al poco de acabar la sesión, cuando todavía resonaban en el Cámara los aplausos a Pedro Sánchez por su reciente elección, Unidas Podemos se abalanzó a anunciar también que el ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa Julio Rodríguez va a ser el jefe de gabinete de Iglesias, y que Ione Belarra y Nacho Álvarez ocuparán secretarías de Estado.
Frenazo y aviso de Sánchez
A media tarde del martes, Moncloa daba cuenta de un cambio de planes. Como estaba previsto, Pedro Sánchez tomaría posesión del cargo el miércoles en la Zarzuela, pero lo de dar ese mismo día la composición del Gobierno, para que los ministros asumieran sus cargos el jueves y el viernes se reuniera el Consejo de Ministros, quedaba pospuesto.
El aviso sorprendió después de las prisas de haber convocado la investidura en fin de semana y emparedando la festividad de Reyes. El retraso se entendió como un aviso a Unidas Podemos del malestar de Pedro Sánchez por la anticipación de nombres que, al final, corresponde nombrar al presidente del Gobierno.
El miércoles, PSOE y Unidas Podemos firmaron un protocolo de actuación de la coalición. Y el jueves Pedro Sánchez sorprendió a todos, al parecer también a sus propios socios, anunciando la creación de una nueva vicepresidencia de Transición Ecológica y Reto Demográfico, que ocupará Teresa Ribera. Por el incremento de vicepresidencias y el contenido de esta última, se entendió como una forma de rebajar el papel de Pablo Iglesias en el Ejecutivo.
La Moncloa hizo oficial también que Carmen Calvo será la vicepresidenta primera de Presidencia (Memoria Democrática y Relaciones con las Cortes), y Nadia Calviño, vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Además, María Jesús Montero, suma al Ministerio de Hacienda, la portavocía del Gobierno. Se daba por hecho que, pese a no continuar como portavoz, Isabel Celaá seguiría como ministra de Educación. Y que Pedro Duque perdía Universidades pero mantenía Ciencia.
Goteo desde la mañana
La mañana arrancaba ayer con la confirmación de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la ministra de Industria, Reyes Maroto, continuarán al frente de sus respectivas carteras. También sigue en el Gobierno José Luis Ábalos, pero su ministerio deja de ser de Fomento para llamarse de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana.
A media mañana sorprendía el nombramiento de la tolosarra Arancha González para Asuntos Exteriores; José Luis Escrivá, hasta ahora presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, para Seguridad Social, Inclusión y Migraciones.
Luis Planas seguirá llevando la cartera de Agricultura y Margarita Robles continuará en Defensa.
El último nombramiento que se conocía ayer –al menos hasta el cierre de esta edición– era el de Salvador Illa, secretario de Organización del PSC y mano derecha de Miquel Iceta, como nuevo ministro de Sanidad.
Los que no siguen
Queda por conocerse quién sustituirá a Dolores Delgado, al frente del Ministerio de Justicia, y a José Guirao al frente de Cultura.
Tampoco se conoce quién ocupará el Ministerio de Política Territorial, que en su día estuvo en manos de Meritxell Batet, y que dada la situación se considera una cartera clave.
Pedro Sánchez tiene previsto anunciar mañana, domingo, si los nombres no trascienden antes, la totalidad de un Gobierno con un importante carácter económico.