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Ruanda, un país unido por las bicicletas, acogerá el primer mundial de ciclismo en África

Ruanda acogerá, en 2025, los Campeonatos del Mundo de ciclismo en carretera. El país de las 1.000 colinas será el primer africano en hacerlo y representa un proceso de reunificación social de tres décadas en las que las bicicletas han jugado un papel fundamental.

El muro de Kigali, en la edición del Tour du Rwanda de 2019. (Tour du Rwanda)

Se venía especulando con ello, pero hoy, en el día de descanso de los campeonatos del mundo de ciclismo en carretera que se están disputando en Flandes, la Federación de Ciclismo de Ruanda lo ha anunciado: el país africano acogerá los mundiales de 2025 y, de hecho, será el primer país del continente en hacerlo.

Con ello se completa un proceso único en el país, azotado por un genocidio hace menos de tres décadas y en el que la bicicleta ha supuesto una herramienta esencial para recomponerlo y construir una convivencia duradera.

La afición por el ciclismo no es algo reciente en el país del este de África. El Tour du Rwanda nació en 1988 con vocación de crecer. En un principio era una prueba local, donde los mejores ciclistas de Uganda, Tanzania o Burundi se enfrentaban a los ruandeses. Sin embargo, las ya entonces crecientes tensiones y disputas en el país hicieron que la prueba, al igual que casi todos los eventos deportivos, desapareciese en 1991.

El genocidio, de forma oficial, comenzó en abril de 1994 y en tres meses murieron, según los cálculos oficiales, alrededor de un millón de personas de una población total que no llegaba a los seis millones. Entre todas aquellas víctimas se encontraban más de 40 familiaren del ciclista Adrien Niyonshuti, incluidos cinco hermanos y una hermana, que en este reportaje en Zazpika, explicó cómo sobrevivió escondido durante dos semanas en unos arbustos. «Han pasado 20 años, pero no es fácil entrar en la profundidad de las cosas que sucedieron. A partir de aquí, solo tengo que recordar a mi familia. Quiero estar con mi familia, pero no puedo encontrarlos, porque se han ido, se han ido sin hacer nada».

A partir de ahí, el país africano comenzó un largo periodo de reconciliación entre hutus y tutsis. Tanto que el Barómetro de la Reconciliación de Ruanda 2020, mostró que desde el genocidio de 1994 contra la etnia de los tutsis, la unidad y reconciliación entre los ruandeses ha mejorado hasta el 94,7% en 2020. De hecho, hoy Ruanda es el país con la menor tasa de criminalidad de África.

Y en ese proceso, la bicicleta ha jugado un papel importante. Este camino tampoco se puede entender sin las figuras de los estadounidenses Jock Boyer y Tom Ritchie. Boyer fue, en 1981, el primer estadouinense en participar en el Tour, pero también un pederasta que confesó varios abusos a menores en 2002 por los que fue condenado a cinco años de prisión de los que solo cumplió uno. Ritchie, por su parte, fue el inventor del ciclismo de montaña, un éxito que le llevó más a la depresión que a la felicidad y dio con sus huesos pedaleando en un viaje introspectivo por las 1.000 colinas de Ruanda.

La historia unió a ambos en un reto personal en Ruanda que se convertiría en una misión estatal, Proyect Rwanda. A través de esta iniciativa repartieron miles de bicicletas por el país para ser usadas en el transporte de café o como taxis, que reactivaron la economía de muchas familias, y, más adelante, como herramienta indispensable para que cientos de menores pudiesen llegar todos los días a la escuela.

De aquel proyecto nació también el Team Rwanda, donde daría sus primeras pedaladas el citado Adrien Niyonshuti, hasta convertirse en toda una celebridad «la persona más famosa del país», cuando participó en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.

Para entonces, el Tour du Rwanda volvía a disputarse. Lo hizo en 2001 y, creciendo poco a poco, en 2009 pasó a ser parte del circuito internacional. El Team Rwanda se había convertido en el símbolo de la unión del país y cada carrera en la que competían se vivía con fervor.

Así, la carrera y el equipo local han ido creciendo de la mano. Tanto que en los últimos años han sido varios los equipos UCI World Tour que han participado en la prueba y el paso por el «Muro de Kigali», que será el protagonista principal de los campeonatos del mundo de 2025, se ha convertido icónico. El país se echa a la calle y las imágenes que se ven poco tienen que envidiar a las subidas repletas de gente que acostumbramos a ver en Euskal Herriko Itzulia o el Tour de Flandes.

Llevar la gran cita anual de ciclismo a África es un hito y hacerlo en Ruanda es, en palabras de la federación local, «la culminación de un reencuentro».