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Partizan no logra dedicar el pase a la Final Four a las víctimas del tiroteo de Belgrado

El Real Madrid, pese a perder a Deck por lesión, se ha impuesto por 78-85 a un Partizan al que le ha podido el vértigo en demasiadas ocasiones y tendrá que jugársela, ya con Kevin Punter, el miércoles que viene en el WIZink Center. Maccabi también fuerza el desempate tras apabullar al Mónaco.

Tavares ha vuelto a sembrar el terror en la zona del Partizan. (@EUROLEAGUE)

PARTIZAN 78 (2) - REAL MADRID 85 (2)

Después de que un adolescente de 13 años asesinara a tiros el miércoles en un colegio de Belgrado a nueve personas, ocho de ellas menores, e hiriera a siete más, no son días fáciles en la capital serbia. Es por eso que el Partizan de Belgrado quería dedicar el pase a la Final Four de Kaunas superando al Real Madrid. Sin embargo, no ha podido ser y los entrenados por Zeljko Obradovic deberán enfrentarse al hostil ambiente del WIZink Center el miércoles que viene en un desempate en el que pudiera verse por primera vez en la historia de la Euroliga cómo un equipo es capaz de voltear un 0-2 adverso.

De cara a ese partido ya estará de regreso Kevin Punter, una vez cumplida su sanción de dos partidos tras la famosa tangana de Madrid. Quien tal vez no esté será Gabriel Deck. El alero argentino se ha lastimado la rodilla izquierda desgraciada en la que Zach LeDay se le ha caído encima, atrapándole la rodilla izquierda, que se le ha doblado de forma harto peligrosa.

Sea como fuere, el empate a dos es un hecho, en un partido en el que el Real Madrid, a diferencia del tercer envite de esta serie, ha empezado ganando 13-27, con un Adam Hanga extrañamente atinado desde más allá del arco. Al mismo tiempo, Edy Tavares –que ha culminado una jugada embarulladísima con «dos más uno» cuando el marcador reflejaba 78-80, ya dentro de los dos minutos finales–, ha seguido sembrando el pánico en las dos zonas, algo que el cuadro serbiono ha podido superar del todo.

Y es que el miedo y el vértigo –y la congoja por los sucesos relatados– han estado muy presentes en el juego del cuadro balcánico. Referentes como Nunnally o Dante Exum han renunciado a tiros claros fruto de las dudas y el miedo, por lo que han tenido que ser Zach LeDay y el griego Papapetrou los encargados de tirar del carro de los «Sepultureros», junto con píldoras del ex de Bilbao Basket Danilo Andjusic. Por cierto, que Partizan tampoco ha podido contar por lesión con el base Aleksa Avramovic.

Con todo, tras el 13-27 del primer cuarto, los de Zeljko Obradovic han conseguido arrimarse 42-45 al descanso, pero precisamente el no ser capaces de adelantarse de forma sólida –solo se han puesto por delante 51-49 y 54-52 a lo largo del tercer cuarto– ha terminado pesando toneladas en el ánimo del conjunto balcánico. En cambio, Chus Mateo ha encontrado en la experiencia de Sergio Rodríguez, Gabriel Deck –hasta su lesión en el último cuarto– y Dzanan Musa el complemento ideal al gran arranque de Hanga y la referencia permanente de Tavares.

Los de Zeljko Obradovic nunca se han rendido, a pesar de padecer ante la zona 2-3 madridista y echar de menos un paso adelante de sus referentes en ciertos momentos. El joven israelí Madar ha conseguido encadenar dos acciones positivas para dar un último arreón y poner el 78-80, con el Stark Arena encendido una vez más. Pero en la siguiente jugada Tavares ha replicado acabando una jugada llena de fallos y de faltas no pitadas con un «dos más uno», lo cual ha supuesto certificar la segunda victoria merengue consecutiva en el feudo del Partizan, que tendrá que hacer un último esfuerzo, ya con Kevin Punter, para acceder a la Final Four de Kaunas y dedicar ese pase a las víctimas del tiroteo del colegio de Belgrado.

El gesto de Doncic

A este respecto del cargado ambiente emocional en Belgrado, caben destacar dos cosas. Por un lado, las velas y las flores que han puesto los aficionados del Partizan frente al monumento a la pelota, delante del Stark Arena. El partido, además, ha comenzado con un minuto de silencio y sin música ni los habituales espectáculos de los hinchas del Partizan.

Por otro lado, el escolta esloveno de los Dallas Mavericks Luka Doncic ha decidido que pagará los funerales, así como el coste de la ayuda psicológica de los supervivientes, a través de la Fundación que el prpio Luka Doncic que mantiene para «mejorar la salud y el bienestar de niños a través del juego».

«Estoy devastado por el trágico tiroteo en un colegio en Serbia y la pérdida de vidas, incluidas las de niños inocentes. Mis pensamientos están con las familias y toda la comunidad afectada por esta tragedia», ha señalado el jugador a travñés de su cuenta de Twitter.

«Belgrado, os apoyo y estoy con vosotros en estos momentos difíciles. A través de la Fundación Luka Doncic estoy explorando formas de ayuda a los estudiantes, facultad y familias afectados por el tiroteo en la Escuela Elementaria Vladislav Ribnikar», ha añadido.

MACCABI 104 (2) - AS MÓNACO 69 (2)

Tal y como se esperaba, la serie entre monegascos y macabeos se decidirá en la Salle Gaston Medecin. Lo que nadie se podías esperar es que el cuadro israelí le haya metido semejante correctivo a un Mónaco que, después de ganar el primer cuarto por 17-24, se ha disuelto por completo.

Los de Odded Katash han sabido sufrir en los diez primeros minutos para luego adelantar a su rival en el arranque del segundo asalto con un parcial de 20-0 que, en realidad, nunca ha sabido superar el conjunto que entrena Sasa Obradovic.

Un Sasa Obradovic que, en el colmo de la falta de concentración, ha terminado descalificado en la recta final del tercer cuarto, cuando el trío arbitral le ha señalado dos técnicas seguidas. El técnico serbio tiene, aparte de la «desgracia» de compartir apellido con el mejor entrenador de la historia de la Euroliga, una peligrosa tendencia a bloquearse y a perder los papeles en las citas de máxima tensión, y este cuarto partido no ha sido una excepción. Una vez descabezado el conjunto monegasco, Maccabi ha conseguido no solo ganar, sino apabullar a un rival que tendrá la ventaja de campo en el desempate, pero tendrá que olvidarse de las calamidades de este cuarto envite.

Pero Maccabi no solo ha vivido de los errores o del atolondramiento del Mónaco, sino que ha encontrado en la pareja compuesta por Wade Baldwin y Lorenzo Brown para dinamitar el encuentro. La pareja de bases ha combinado 41 puntos y 12 asistencias, con un 8 de 12 en triples, más que suficiente para desarbolar a un adversario que, como en el primer partido de esta serie, ha firmado un pésimo 3 de 19 en triples, con Mike James y John Brown como únicas armas ofensivas. En cambio, los Jordan Loyd, Elie Okobo o Alpha Diallo han estado entre escondidos y bien vigilados, de forma que tras el descanso, casi no ha habido ni partido.