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George Clooney y Adam Sandler despiertan fantasmas en el Festival de Venecia

Noah Baumbach, Yorgos Lanthimos y Werner Herzog han sido protagonistas en una jornada abarrotada de fenómenos paranormales.

George Clooney, a su llegada a Venecia. (Stefano COSTANTINO | DPA vía Europa Press)

Al mediodía, el Lido aplaudía a los elefantes fantasma que el nuevo documental del cineasta responsable de ‘Grizzly Man’ persigue por las llanuras de Angola, descendientes directos del mamífero terrestre más grande hallado nunca. Y aunque no deje de ser una lograda pieza informativa de National Geographic, el verdadero gancho se encuentra en la teatralidad siempre ligeramente hiperbólica y bien plagada de chascarrillos humorísticos de la voz en off de Werner Herzog. Imposible mantenerse impasible ante un anciano narrando, con todo el expresionismo de la lengua alemana, la rutina apacible de un hombre en la savana: «Yo sé que no debería romantizarlo, pero… Rodeado de gallinas… ¡Eso sí que es vida!».

Werner Herzog extendía su buena química con el público en una clase magistral en la que ha sido muy duro con el mal llamado ‘cine independiente’: «El cine independiente no existe. Depende de los sistemas de producción, de la distribución y de los permisos». Lo más cercano a la independencia, ha defendido, es la autosuficiencia: «Gana dinero de alguna otra manera. Pero no robes un banco, porque es contraproducente. Normalmente te pillan».

La ‘Bugonia’ de Yorgos Lanthimos, Emma Stone y Jesse Plemons

Al atardecer, llegaba la película de extraterrestres del cineasta griego, una extensión más compleja si bien no menos cínica de la sátira social tras ‘Kinds of Kindness’. Remake sobre la película de culto coreana ‘Salvar el planeta Tierra’, de Jang Joon-hwan, adaptada por Will Tracy (‘El menú’), ‘Bugonia’ sigue los cuatro días que Teddy (Plemons), un íncel con pelo grasiento y mommy issues, tiene secuestrada en su sótano a una hipócrita alta ejecutiva farmacéutica, Michelle (Stone), a quien acusa de ser un alienígena destinado a acabar con la vida humana. Ella, por su parte, tratará de escapar diezmando la confianza de sus captores, Teddy y su primo inseguro.

Mucho más cercana a los castigos cerebrales de ‘Canino’ que a la intentona optimista que Lanthimos ensayó en su Frankenstein, ‘Pobres criaturas’, ‘Bugonia’ se eleva y se enfría esquivando toda tentativa de empatía hacia sus personajes. Dos personajes, un sótano y una puesta en escena que subraya el absurdo godotiano de un diálogo imposible: ni Plemons ni Stone cambiarán nunca de perspectiva, por lo que el visionado se siente como un ejercicio de tortura dialéctica recíproca y marcada por las tretas. Altas dosis de suspense, buen espacio para el lucimiento actoral y, eso sí, nula emoción.

George Clooney es Kelly, Jay Kelly

El tercer fenómeno inexplicado –paranormal, para quien os escribe– ha sucedido como la cadena de indisposiciones que George Clooney ha mostrado desde que llegara a Venecia (diarrea, sinusitis), y que le han impedido atender las preguntas de la prensa pero no desfilar por la alfombra roja. El actor más famoso del mundo se encuentra en Venecia por el estreno de ‘Jay Kelly’, de Noah Baumbach, con Adam Sandler y Laura Dern como escuderos. ‘Jay Kelly’, una película sobre el actor más famoso del mundo, podría ser el reverso desesperado de ‘Up In The Air’, en tanto que atiende a todos las pequeñas traiciones y sacrificios que un hombre sin malicia comete para llegar al éxito.

En esta ocasión, Clooney se embarca en un viaje restaurativo por Europa, en la línea de ‘Come, reza, ama’, acompañado de todo su equipo de asistentes, con su afectuoso mánager (Sandler) y agente de prensa (Dern). Pero el infantilismo de las decisiones de la estrella amenaza con hacer tambalear las bases de un edificio que apenas se mantiene en pie, a base de llamadas de urgencia y favores personales. Brillan los episodios de caos en el equipo, dignos de comedia clásica de enredos, mientras que la profunda soledad y negligencia de los que huye Kelly serán de bastante más interés que los recuerdos que repasan su biografía, siempre enfocados a la moraleja y cosidos al presente con un onirismo algo manido. Con buenos actores, las réplicas vuelan y las explicaciones sobran.