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Olvidar los lamentos para hacer que Partizan cumpla 24 años sin ganar en el Buesa Arena

Con Kurucs de baja y las dudas de Trent Forrest y Markus Howard, queda tirar de historia y percatarse de que los «Sepultureros» no ganan en el Buesa Arena desde 2001. En la memoria sobresalen los 33 puntos –8 triples– de Howard el 14 de octubre de 2022, en su primer gran partido de Euroliga.

Markus Howard, aquel mágico 14 de octubre de 2022. (Endika PORTILLO | FOKU)

Tampoco pudo ser en París y deberá ser este viernes a las 20.45 ante el Partizan en el Buesa Arena. Tal vez suene terrorífico viendo el 0-4 que luce Saski Baskonia en Europa, último clasificado sin que todavía haya sido capaz de ganar un partido. Enfrente, los «Sepultureros» entrenados por Zeljko Obradovic que, de igual forma que cuenta sus partidos como local por victorias, siendo visitante ha caído así ante Dubái y frente al Real Madrid. Por ende, una de las dos rachas concluirá el viernes por la noche y, aunque suene a osadía decirlo ahora, la estadística se pone bíblica al mostrar que más fácilmente cabrá un camello por el ojo de una aguja que el Partizan gane en el Buesa Arena, algo que no sucede desde el 31 de octubre de 2001.

En un equipo con gentes de la talla de Nenad Krstic o Milos Vujanic, fueron los 28 puntos de un Vlado Scepanovic los que lideraron el 80-85 en favor del equipo serbio, por encima de 16 puntos de Luis Scola y los 13 tantos y 11 rebotes de Fabricio Oberto. Aquella fue la primera vez que Saski Baskonia y Partizan se cruzaban en una Euroliga y resultó ser la única derrota hasta la fecha de los gasteiztarras como locales frente al conjunto serbio.

Entre medias quedan fechas como los duelos de abril de 2008, camino a la Final Four de Madrid; 74-66 el primer día de aquel mes y, pese a caer en el Hala Pionir por 76-55 en el segundo partido de aquella eliminatoria, los entrenados por Neven Spahija se impusieron en el desempate por un claro 85-68, con Pete Mickael, Tiago Splitter e Igor Rakocevic –del Estrella Roja a muerte– abriendo la puerta a la cuarta Final Four consecutiva que Saski Baskonia debía disputar.

«Recuperar la disciplina»

Como un amor perdido, aquellas fechas resbalan con el correr de la historia del club gasteiztarra. Y el 0-4 que «luce» en estos momentos el equipo que entrena Paolo Galbiati no permite que florezcan sueños de Final Four, sobre todo después de encajar otros 105 en su visita al Paris Basketball.

No es la primera vez que el técnico baskonista ha comentado tras un partido que el equipo, al verse por detrás, «pierde la disciplina». Y a esa misma frase recurrió Galbiati tras caer también en París, un 105-87 engañoso, toda vez que hasta el último tramo los alaveses se mantuvieron a tiro del conjunto parisino.

«En la primera parte nos cogieron una ventaja grande por falta de disciplina, regresamos al partido y nuestros errores nos impidieron llegar al descanso por delante o empatados. En el tercer cuarto lo mismo y en el último nos quedamos sin energía mental y física», dijo entonces Galbiati, quien tuvo que lidiar en la segunda mitad con un equipo sin Trent Forrest por culpa de un tirón muscular y Markus Howard, a cuenta de un problema en el dedo, quizás una pequeña luxación.

El propio Hamidou Diallo padeció un esguince, pero el jugador acabó el partido en la pista. Con todo, habrá que ver si Forrest y Howard están listos de cara a este viernes, porque con la ausencia de Kurucs, estas bajas restan mucho el potencial baskonista.

Galbiati indicó al respecto que «estoy molesto porque puede que perdamos a dos jugadores importantes por lesión» pero, sobre todo, conminaba a sus jugadores a espabilar. «Hemos tenido momentos en los que no hemos sido disciplinados. Somos jóvenes, pero tenemos que crecer rápido porque esta liga es muy competitiva y no nos va a esperar. Tenemos que refrescar nuestra mente, recuperar energías y tener un viaje largo por delante para volver a nuestra casa y jugar el viernes ante nuestro público. Ojalá que juguemos con más disciplina. Tenemos que crecer lo antes posible», destacaba.

El triple de la prórroga

Habrá que ver si Markus Howard está disponible para Paolo Galbiati este viernes pero, sobre todo, si por fin está de vuelta un jugador ausente, ansioso, corto de forma por no haber podido hacer la pretemporada en condiciones y a quien se echa mucho de menos por parte de sus compañeros –y es uno de los capitanes, junto a Tadas Sedekerskis– como por sus aficionados.

Comparar no ayuda en nada a quien lo está pasando mal, pero lo fácil sería hacer leña de un Markus Howard irreconocible luego de los dos primeros años que jugó en Gasteiz. Si en su debut oficial con la camiseta baskonista anotó 15 puntos consecutivos en un cuarto ante un Unicaja que iba a ganar la Copa aquella misma temporada, el primer aldabonazo de Markus Howard en la Euroliga fue aquel 14 de octubre de 2022, un duelo que los gasteiztarras ganaron por 103-96 con 33 puntos y un 8 de 12 en triples del jugador de Nueva Jersey.

Los de Zeljko Obradovic habían dominado el partido, pero en ese ciclo final de faltas, tiros libres, cambios y tiempos muertos, los alaveses aguantaban en la brecha. Con 86-89, Nunnally tuvo un último tiro libre para sentenciar aquel duelo, pero su lanzamiento no entró.

Daulton Hommes –ahora en las filas de Paris Basketball– se hizo con el rebote, para dársela acto seguido a Howard que, con dos rivales encima, anotaba un triple que llevaba el duelo a la prórroga y al público, al delirio.

Pero todavía quedaba más. En el tiempo extra, un nuevo triple de Howard decantaba aquel partido del lado gasteiztarra, con un mate de Vanja Marinkovic –hoy en el bando de Partizan– certificando el 103-96 final con un mate a la contra.

Aquella fue otra temporada y era un momento de eclosión en Markus Howard, quien tres años más tarde pasa por un bache muy profundo en su juego, amén de que sea duda para el duelo de este viernes. No obstante, y ante un rival que va a cumplir un cuarto de siglo sin ganar en Zurbano, es hora de apretar y conseguir sacar lo que se tiene dentro, algo que tanto Markus Howard como su propio equipo puede hacer perfectamente.