Hallados cuatro baúles que completan el legado del compositor Pablo Sarasate

Cuatro baúles pertenecientes a la colección que el compositor Pablo Sarasate donó a Iruñea tras morir han sido hallados en el Archivo Municipal de la ciudad. Así lo han anunciado hoy el alcalde Joseba Asiron Saez y la archivera municipal Beatriz Marcotegui Barber en una rueda de prensa especial realizada en la capilla del archivo. 

Los baúles fueron hallados en dos habitáculos ocultos en el cuarto piso del Seminario Viejo de San Juan, cuando el personal del archivo realizaba labores de organización e inventariado. Los cuatro cajones estaban exactamente igual que cuando se extraviaron hace 40 años, cerrados con candado, sellados y lacrados con cera roja y el sello del Ayuntamiento de Iruñea. Al abrirlos, los trabajadores descubrieron en su interior 55 piezas que completan el legado del músico.

Según ha explicado Asiron, los baúles se extraviaron en 1985, al realizarse un traslado de los once cajones originales de la colección. No se supo de la falta de los cuatro baúles hasta que en 1991 se autorizó el gasto para instalar el Museo de Sarasate en el Seminario de San Juan. Ahora que han sido recuperados, las 55 piezas de su interior serán catalogadas y reintegradas en la colección. 

55 piezas de enorme valor

Tras la intervención del alcalde, Beatriz Marcotegui ha comenzado a presentar algunas de las piezas expuestas en la mesa instalada en el interior de la capilla. Entre ellos destacan obras artísticas coleccionadas por el músico, como pinturas, esculturas, grabados y hasta una carta autógrafa de Félix Mendelssohn. También resalta el busto de Pablo Sarasate en mármol blanco, una obra de Jules Franceschi.

«Estas piezas fueron obsequiadas al violinista por admiradores o amigos. Son objetos que nos hablan de la carismática personalidad de Sarasate, con la que se ganó el cariño y respeto de grandes artistas del momento», explica la archivera. 

Por otro lado, también han mostrado un segundo grupo de piezas, entre las que se encuentran objetos personales del músico, como apliques de pared en forma de violín, un atril artístico, un metrónomo, un sombrero de copa y un reloj metálico que pese a que no marca la hora todavía suena. 

La archivera municipal ha asegurado que el estado de las piezas es bueno, pero que tendrán que pasar por un proceso de limpieza y restauración, ya que algunas de ellas están desmontadas. Un ejemplo de ello es el pequeño reloj metálico, cuyo péndulo con forma de sol descansa al lado de la base. 

El busto de Gayarre

Otra pieza que es digna de mención es el busto en bronce a tamaño natural del tenor roncalés Julián Gayarre. Este se encontraba en el interior del cajón 5, uno de los cuatro que estaban ocultos en los habitáculos y esperaban a ser descubiertos por los trabajadores del archivo. Aunque no pertenece a la colección de Pablo Sarasate, su hallazgo ha sido de gran importancia, razón por la cual lo han expuesto en la rueda de prensa de hoy. 

Según han relatado, en 2018 un ciudadano advirtió de la presencia de un busto de Gayarre, realizado por Benlliure, en el despacho de presidencia del Palacio de Nafarroa. Con el descubrimiento del busto de Gayarre en el interior de uno de los baúles, se ha comprobado la existencia de dos ejemplares de la misma obra: uno firmado por Benlliure que es de Iruñea y otro firmado por el fundidor, que pertenece al Gobierno de Nafarroa. 

Nueva sala-museo 

Asiron ha asegurado que las obras que componen el legado se expondrán en una nueva sala-museo accesible al público que tendrá el nombre del músico, tal y como estableció el violinista en su testamento como única condición para donar sus pertenencias. Este nuevo espacio se habilitará en el Civivox Pompelo, ubicado en el segundo Ensanche de Iruñea, a partir de 2026.