David Pla e Iratxe Sorzabal han sido condenados a 5 y 7 años de prisión, respectivamente, por su militancia en ETA. Ambos fueron arrestados en 2015 en Baigorri después de cinco años al frente de la delegación para la resolución designada por la organización. El fiscal había solicitado penas algo superiores, 6 para Pla y 9 para Sorzabal.

En el caso de Sorzabal a la condena se le suma la prohibición de pisar territorio francés, no así en el caso de Pla que estaría ya en la fase final de su condena y no tendrá ninguna restricción para poder vivir en el Estado francés. Si no hay recurso podría recuperar la libertad en un par de meses.

Xantiana Cachenaut, abogada de ambos, ha valorado muy positivamente la sentencia y ha asegurado que cree que el tribunal ha tenido en cuenta tanto el contexto político como la función que cumplieron ambos exmilitantes de ETA.

La segunda y última sesión del juicio contra ambos ha comenzado con la intervención del fiscal que ha negado que se juzgara a «militantes por la paz, sino a terroristas». Su intervención ha sido enmendada por la abogada defensora que le ha acusado de ser «deshonesto» tanto desde el punto de vista intelectual como histórico, «porque solo ha mirado al pasado y no al presente, ni al futuro».

Cachenaut ha solicitado al tribunal que buscase una «convergencia entre la verdad jurídica y la verdad política» por la función que cumplieron Pla y Sorzabal en el proceso del final de ETA.

Mensaje en clave de futuro

Ambos procesados han utilizado su turno de palabra para lanzar un mensaje en clave de futuro. Pla ha respondido al fiscal que sí, que «hay que tener en cuenta a todas las personas que han sufrido en este proceso» pero le ha exigido que «el dolor no puede ser un arma a utilizar para seguir alimentando nuevas situaciones de conflicto».

Sorzabal ha hecho suyas las palabras de Pla y ha añadido que «no podemos cambiar el pasado, pero sí decidir cómo construir el futuro».