@AritzIntxusta

Casado da a Esparza el abrazo del oso en la firma del pacto

Pablo Casado y Javier Esparza han rubricado este mediodía su acuerdo para las generales, las autonómicas y las municipales. El líder del PP ha dejado a las claras quién es el pez grande y quién el pequeño.

Esparza y Casado se dan la mano. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)
Esparza y Casado se dan la mano. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

Una muralla de fotógrafos se interponía entre los asientos reservados y la mesa con los documentos. Apretón de manos. Clic. Sacar el boli del bolsillo de la chaqueta. Clic. Estampar la firmar. Clic. Ya está. El muro de los periodistas gráficos desaparece y de pronto ya no hay mesa, sino un atril transparente con los logos de UPN y PP (ahora la gaviota es más grande y rojigualda) y la palabra «Navarra», en rojo, en el centro.

Arranca Esparza, nervioso. Conforme va leyendo se tranquiliza y se viene arriba. Dice que el acuerdo UPN-PP «les hace más fuertes» ante el «peligro inminente» que suponen los independentismos «periféricos y excluyentes». Asegura también que «España es una gran nación». Luego lanza el que espera que sea el titular e mañana: «Navarra es la Cataluña de hace diez años».

Para el líder de UPN, hay una necesidad imperiosa de «frenar al nacionalismo vasco en Navarra». Y lanza el mantra con el que pretende tapar el verse forzado a un acuerdo del que desdeñaba en diciembre. «El Partido Nacionalista Vasco controla Navarra desde Bildu». Remata atribuyendo a Javier Arzalluz una cita en la que se habla de «doblegar a Navarra».

Llega el turno de Casado, que ha venido con su cohorte de medios aduladores. Está Eduardo Inda y también Carlos Cuesta. El líder del PP aterriza de gira. Viene sumando a sus filas a partidos como Foro. En Asturias habló de reemprender la Reconquista. Así, literal. Ocurrió ayer. La de Iruñea es una paradita más.

Casado arranca sin folios para leer, es una máquina. Esparza, que sí que es un ser humano, se empieza a ruborizar mientras mira desde el rincón al que le han relegado. El aspirante a presidente español se viste esta vez de moderado. Ha pedido un minuto de silencio por la muerte de uno de los padres de la Constitución, José Pedro Pérez-Llorca. Ahora señala que la mayoría de los padres de la Carta Magna se arrumbaron luego al PP. Afirma que su partido es todo lo siguiente: «centro derecha liberal conservador». Ultras, no.

Como ya apuntaba ayer NAIZ, Casado bautiza a Enrique Maya como su candidato en Iruñea. Recuerda a los muertos por ETA de UPN y PP. Y, acto seguido, Casado apunta a una bandera española que les han traído de atrezo para recordar que en el escudo está ahí.

Ya nadie se acuerda de Esparza en el rincón. El líder del PP admite preguntas. Una responsable de su equipo de comunicación da la palabra. Jorge Esparza, el secretario de organización de UPN, le hace gestos a su líder con los dedos para que se acerque al atril y cierre el acto él, no Casado. Pero Esparza está demasiado apocado y no se atreve. Se ve pez pequeño.

Cortan a un periodista con la pregunta en la boca. Casado ha respondido a cuatro. Ya vale. El líder del PP viaja de nuevo, que está de campaña.