Los conflictos de convivencia generados en la calle Jarauta de Alde Zaharra de Iruñea por tráfico de drogas, denunciados ya anteriormente, han derivado ahora en la agresión a un conocido tabernero de un bar abertzale de la zona. Por este motivo, a las 22.30 de de este sábado cientos de vecinos han realizado una concentración en la que han expresado su indignación, enfado y hartazgo por la situación y por lo ocurrido.
Concretamente, los vecinos señalan al piso de Jarauta 13 como fuente de problemas de convivencia y punto de suministro de heroína. Agentes de la Policía Municipal han estado protegiendo el portal durante la concentración, en un ambiente de cierta tensión, y en un momento puntual uno de los agentes ha propinado un porrazo a un participante.
Según la denuncia de una testigo de los hechos en las redes sociales, sobre las cuatro de la madrugada del viernes al sábado, un grupo de personas que salían de Jarauta 13, el inmueble al que se señala en las denuncias, entró en el bar forzando la puerta. Después se encontró allí al tabernero, «tirado en el suelo, inconsciente, lleno de sangre e inmóvil». Ante la gravedad de la situación, esta persona llamó al 112 y rápidamente llegó una ambulancia, que trasladó al camarero al hospital, además de varios vehículos de la Policía Municipal de Iruñea.
Explica esta fuente que se le realizó un scanner en la cabeza y el tórax y que se está valorando «una operación maxilofacial».
Antecedentes
El pasado 11 de mayo, vecinos de Alde Zaharra de Iruñea comparecieron en la calle Jarauta para denunciar la presencia de heroína en esta zona y alertar de los problemas de convivencia que genera. En una mesa informativa, diversas personas de diferentes colectivos, vecinos, asociaciones de ocio, movimiento comunitario, peñas y comisión de fiestas pusieron en manifesto su preocupación por «una dificultad de convivencia en determinados espacios».
Tras subrayar que llevaban reuniéndose desde noviembre para abordar esta cuestión, destacaron que «el detonante de la problemática va unida a espacios muy específicos, concentrados en ciertos bloques de Aldezar, donde se observan funcionamiento y conductas cuando menos dudosas, incluso viendo restos de jeringuillas» en el huerto urbano de Piparrika.