Los Puerto de San Lorenzo salmantinos han corrido en 2 minutos y 40 segundos el estreno sanferminero de 2019. Un encierro limpio hasta el final de Estafeta, donde un toro caído en la parte izquierda ha podido provocar graves problemas,

Un corredor despistado con camiseta blanca y pantalones vaqueros ha sido volteado con la testuz por este morlaco, y aunque al principio parecía no tener cornada, en las imágenes a cámara lenta ha dado impresión de tener un pequeño puntazo en la cara trasera del muslo.

Los mozos se han tenido que emplear a fondo luego para conducir al ruedo a este burel, durante medio minuto aproximadamente.

Aunque por televisión no se ha apreciado claramente ninguna, el primer balance de la Cruz Roja apuntaba a dos personas corneadas. Desde el hospital, a las 8.20 solo confirmaban uno, y detallan dos trasladados más por fuertes traumatismos. Finalmente, el balance ha sido de cinco corredores heridos, tres de ellos por asta de toro, superando en un solo día la cifra de todo 2018.

V.C.A., de La Rioja, 40 años, ha sufrido una herida por asta en el muslo izquierdo en el tramo de Estafeta. Los otros dos corneados son ciudadanos estadounidenses: F.S.O., de Kentucky, de 23 años, quien ha sido alcanzado en el tramo de Telefónica, y J.A.O., de California de 46 años, en la plaza de toros.

Los dos heridos por traumatismos craneoencefálicos son: J.G.O, de Donostia, de 18 años, en el tramo de Telefónica; y A.G.B, de Barcelona, de 23 años.

Guerra en el encierrillo

Pese a ser primer encierro y domingo, las calles no han parecido muy abarrotadas. Los salmantinos Puerto de San Lorenzo habían dado algo de guerra en el encierrillo de la víspera, corriendo distanciados de los cabestros y con uno de ellos cabeceando en exceso, lo que tenía algo recelosos a los pastores. Pero luego se han portado hasta esa parte final.

La carrera se ha iniciado con los cabestros por delante y los seis toros (cinco negros y un colorado) agrupados y sin pegar derrotes. No ha habido noticias en Santo Domingo, ni en la curva de Estafeta, salvo el típico corredor emparedado a la salida y que ha tenido que lanzarse al suelo para evitar la cornada.

La manada se ha partido a la altura de la Bajada de Javier, para gozo de los corredores, con tres astados por delante y tres por detrás. Uno de estos tres de cola ha sido el que ha caído ralentizando el final del encierro y provocando ese medio minuto extra de tensión y la embestida a ese corpulento mozo.