Ya salió a la palestra el martes tras las condenas de hasta trece años de la Audiencia de Araba a exdirigentes del PNV por corrupción, y este miércoles Andoni Ortuzar, presidente del EBB, ha vuelto a tratar de justificar la actuación de su partido en el «caso De Miguel», pero sin despejar las dudas principales.

Preguntado en Radio Euskadi sobre por qué nadie sospechó nada en el PNV, Ortuzar ha hecho un momento de silencio y luego ha respondido: «Yo no estaba en esa época». Entiende que en caso de haberlo conocido, «hubieran actuado». Josu Jon Imaz presidía el EBB en 2005, año que se presenta como inicio de la trama, e Iñigo Urkullu le tomó el relevo en 2008, hasta 2012.

Lejos de ver implicado al PNV en el asunto, «somos los principales perjudicados de todo esto», ha aseverado Ortuzar. «Yo podía haberme quedado en el despacho, ponerme el chubasquero y que llueva», ha dicho, pero cree necesario salir a la opinión pública para que el votante «sepa que el partido pide disculpas y está vigilante».

Al hilo de ello, ha añadido Andoni Ortuzar que se adoptarán medidas internas «para que no vuelva a pasar, o para que sea difícil que pase, porque la condición humana es la condición humana». En las relaciones humanas ha justificado también las imágenes de abrazos a De Miguel o proclamas de su inocencia por parte de dirigentes del PNV en este tiempo, aunque ha querido matizar que «no defendían la inocencia, sino la presunción de inocencia».

«La mayor corrupción, el impuesto revolucionario»

A las críticas del PP les ha dado réplica Ortuzar afirmando que la sentencia de este escándalo, al contrario que la de Gürtel, no establece que el partido se haya beneficiado de la trama corrupta. «No hay un solo euro ni un voto para el PNV en todo esto», ha indicado en la entrevista.

Sobre las afirmaciones de EH Bildu, se ha mostrado más molesto: «Que no se ponga en la presidencia del tribunal inquisitorial, porque si aquí ha habido corrupción ha sido el impuesto revolucionario. Así que lecciones de ellos no aceptamos».

También ha querido situar este «caso De Miguel» como algo aislado: «No se puede mezclar todo. Por ejemplo, en el de Karrantza las cosas no están claras aún». En un tuit, el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, apunta: «De Miguel, Osakidetza, Margüello, Getaria, Alonsotegi, Karrantza, Bakio... Nadie nos puede convencer ya de que esto es una excepción y no la regla».