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Avanza el derribo del colegio de Salesianos de Iruñea, que permitirá realizar el polémico proyecto

Las palas excavadoras trabajan sin descanso en el derribo del colegio de los Salesianos en Iruñea, en cuyo solar se levantará el polémico proyecto que contempla edificios de elevadas alturas que romperán el ‘skyline’ de la ciudad.

Imagen del derribo del colegio de Salesianos de Iruñea.
Imagen del derribo del colegio de Salesianos de Iruñea.

Varias palas excavadoras están trabajando entre los edificios que componían el colegio de Salesianos de Iruñea, con una de sus alas ya reducida a escombros.

Las vallas perimetran el lugar, donde se acumulan los restos de un edificio que en tiempos de la Guerra del 36 llegó a ser centro de retención de Falange Española y por donde pasaron personas que posteriormente fueron fusiladas por defender ideas políticas diferentes a las de los sublevados contra el Gobierno de la República española, tal y como suelen recordar las asociaciones memorialistas.

Con la desaparición del colegio del callejero de Iruñea, comenzará la segunda parte de una operación inmobiliaria cargada de polémica, ya que en ese solar se levantarán varios edificios de elevada altura que romperán el ‘skyline’ de la ciudad.

Esta operación arrancó hace más de diez años. La primera medida legal data de 2009. En los Presupuestos Generales de Nafarroa para 2010 se modificó el artículo 52 de la ley foral de Ordenación del Territorio y Urbanismo. «Ese cambio permitía no cumplir en esta actuación con los mínimos exigidos en cuanto a la reserva de vivienda protegida aplicable a las dotaciones de uso residencial», según llegó a detallar en un informe la Cámara de Comptos.

En enero de 2011, el Gobierno de Nafarroa, los Ayuntamientos de Iruñea y Egues y la congregación salesiana firmaron un protocolo de colaboración para el traslado del centro. A través del acuerdo, la sociedad pública Vinsa (actualmente Nasuvinsa) se comprometió a comprar el solar de Salesianos y vender posteriormente las parcelas en subasta pública para financiar la operación. En el proyecto se contemplaban varias torres de hasta 18 pisos de altura cada una.

La congregación, por su parte, se comprometió a comprar al Gobierno de Nafarroa una parcela situada en el Concejo de Olatz para construir el centro y mantener la actividad docente al menos durante 50 años.

En mayo de 2015, la sociedad pública Vinsa y la congregación firmaron el contrato promesa de compraventa. El 18 de junio de 2015, el Gobierno de Nafarroa aprobó el Plan Especial Salesianos. Dos años después, el Ayuntamiento de Iruñea dio luz verde al proyecto de parcelación y concedió la correspondiente licencia.

En julio de 2017 se firmó el contrato de compraventa entre la congregación y la sociedad pública de Nasuvinsa. En dicho contrato, «la congregación se aseguró un mínimo de 26,4 millones, fijándose el importe máximo en 37,2 millones y dejando la cifra definitiva en función del resultado de la venta de las parcelas», explicaba Comptos en su informe.

En septiembre de ese año se resolvió la subasta de parcelas, dividiéndolas en siete lotes de los que tres quedaron desiertos. A través de la venta de dichas parcelas se obtuvieron 25,5 millones.

En julio de 2018, el Gobierno de Nafarroa aprobó el Estudio de Detalle del Plan Especial Salesianos que reducía las alturas de los edificios previstos.

Finalmente, en septiembre de 2018 se convocó otra subasta en la que se adjudicaron dos de las cuatro parcelas desiertas por 17 millones. Las otras dos volvieron a quedar desiertas.

Mientras se desarrollaban todos estos acontecimientos, no han faltado los intentos por frenar esta operación que cambiará la fisonomía de Iruñea. Especial empeño le puso el Ayuntamiento del Cambio dirigido por Joseba Asiron, que llegó a plantear modificar las enormes torres (de 18 pisos) por manzanas como las que hay por todo el Ensanche. Asiron puso de relieve que su equipo tenía las manos atadas en este asunto, ya que Enrique Maya, antes de finalizar su primer mandato al frente de Iruñea, se había «ocupado» de que no hubiera mucho margen de maniobra a la hora de retocarlo.

Finalmente, como se ha indicado, se llegó a reducir la altura de los edificios entre dos y tres plantas, aunque siguen tratándose de torres de hasta 14 alturas, con alrededor de unas 400 viviendas, que supondrán un cambio sustancial en el aspecto de la ciudad.