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Panathinaikos renuncia a la Euroliga y se arrima a la Liga de Campeones de la FIBA

A través de una carta dirigida a la Asociación de Clubes Europeos (ECA) y a la propia Euroliga el presidente de la entidad, Manos Papadopulos, ha afirmado que la presencia del PAO «no es beneficiosa para el club». Esta decisión llega 48 horas después de que el dueño del club, el controvertido Dimitris Giannakopoulos, pusiera en venta el club por 25 millones de euros.

Después de varios amagos, parece que esta vez Panathinaikos va a abandonar de veras la Euroliga. (Endika PORTILLO / FOKU)
Después de varios amagos, parece que esta vez Panathinaikos va a abandonar de veras la Euroliga. (Endika PORTILLO / FOKU)

El Panathinaikos ha anunciado este jueves su intención de abandonar la Euroliga y su accionariado en ella, dos días después de que su propietario, el controvertido empresario farmacéutico Dimitris Giannakopulos, hiciera oficial la puesta en venta del club por un valor de 25 millones de euros.

Mediante una carta dirigida a la Asociación de Clubes Europeos (ECA) y a la dirección de la competición europea, el presidente de la entidad, Manos Papadopulos, ha afirmado que la presencia en la Euroliga del Panathinaikos «ha probado no ser beneficiosa de ningún modo para el club, además de no haber un incremento significativo en los ingresos procedentes de la competición».

El club ateniense, uno de los miembros históricos de la Euroliga, la ha ganado seis veces en su historia, en 1996, 2000, 2002, 2007, 2009 y, por última vez, en 2011.

El pasado martes, en su rueda de prensa de despedida, Giannakopulos calificó a la Euroliga de «abominación» y, aunque recalcó que él no tomaría la decisión de en qué competición europea jugaría el club debido a la venta, sí se mostró favorable a que el Panathinaikos formase parte del proyecto de la FIBA, con la «Basketball Champions League» –BCL– como máxima competición continental, donde eventualmente podría coincidir con RETAbet Bilbao Basket, ya que el club bilbaino disputará este torneo continental la temporada que viene.

Con todo, las salidas de tono del mandatario Giannakopoulos, llegando a esgrimir una pistola en alguna de las visitas a los vestuarios o a quejarse por los arbitrajes, han sido notorias en los últimos años, al igual que las formas poco recomendables de un mandamás acostumbrado a manejar el dinero a espuertas pero con poca perspectiva y que es capaz de enemistarse incluso con sus seguidores más acérrimos.

Tanto es así que este miércoles, como represalia ante la venta del club y su marcha, el sector compuesto por un centenar de ultras del Panathinaikos –el temible «Gate 13»– atacó la casa de Giannakopulos con armas blancas y petardos, según hizo saber el propio afectado a través de su cuenta en la red social Instagram.

Una reducción de ingresos del 35%

Por otro lado, la Euroliga quiere aprovechar la cancelación de la temporada para redibujar su futuro. Jordi Bertomeu, presidente de la máxima competición europea de baloncesto, ha afirmado en una charla virtual con que habrá «un descenso de los ingresos de entre el 30% y el 35%» en la campaña 2020/21 por no reanudar la actual temporada.

«Estamos aún analizándo el impacto de la pandemia, pero es más fácil hacerlo con la venta de entradas que con los patrocinios, que requieren conversaciones individuales», ha destacado en unas declaraciones que recoge el portal palco23.com.

«La Euroliga cuenta con 76 socios comerciales entre televisiones y sponsors y han mantenido su compromiso de extender nuestra relación, lo cual es un incentivo de la fortaleza del proyecto», ha añadido.

El CEO de la Euroliga también ha asegurado que en los próximos años se implantará un impuesto de lujo similar al de la NBA. De esta forma, se premiará a los clubes que se autogestionen a través de ingresos propios y no con la aportación de mecenas y entidades de fútbol.

«En los próximos tres años las contribuciones de los propietarios se reducirán y, si algún club se excede del porcentaje marcado, pagará una especie de impuesto de lujo a los demás», ha asegurado Bertomeu.

Es un modelo que emula al de la NBA, pero ajustado a las particularidades del sistema europeo, que cuenta con mecenas en lugar de un convenio colectivo que regula el techo de gasto. La medida, que aún está en fase de estudio, aún tendrá que ser ratificada por los clubes.

De hecho, también se plantean soluciones más blandas a corto plazo como «una transición de gastos salariales que se adapten más a los ingresos reales», ha indicado. El año pasado la Euroliga dio luz verde a una limitación presupuestaria, según la cual los mecenas no podrán aportar más del 40% del presupuesto.

Asimismo, Bertomeu ha descartado la posibilidad de ampliar la Euroliga hasta 20 equipos. «Igual que sería negativo para otras ligas, también para nosotros, por el calendario y porque en el escenario actual habrá menos recursos», ha explicado.

Actualmente la competición la disputan 18 entidades tras la última ampliación, con la que se esperaba cerrar las licencias.

Mano tendida a la FIBA

Finalmente, el presidente de la Euroliga ha respondido a la mano tendida por Andreas Zagklis, que es el actual secretario general de la FIBA, por el momento un «acérrimo enemigo» dentro del baloncesto europeo.

«No estamos en guerra con la FIBA, simplemente tenemos modelos distintos en la cabeza», ha destacado Bertomeu. El máximo responsable de la FIBA afirmó la semana pasada que estaban en conversaciones con la Euroliga para alcanzar un entendimiento y solventar sus diferencias económicas y deportivas.

«No tiene sentido que convivamos dos competiciones», ha destacado Bertomeu, que en su día rompió la baraja junto con otros mandatarios como Josean Kerejeta, para crear la Euroliga y desligarla de una FIBA a la que se tachaba de ineficiente y corrupta.

«Sí que es cierto que hace años la FIBA intentó recuperar el control de la Euroliga, pero ahora hay que buscar maneras para que la situación se encauce después del cambio de gestión de los últimos meses», ha detallado Bertomeu, quien sostiene que hay «una oportunidad de resolver todos los problemas que deberíamos haber solucionado antes».