Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Gimnasios, móviles, Lorca y mucho empoderamiento, en Musika-Música

Una ópera que se desarrolla en un gimnasio. De fondo, la crítica a nuestra adicción al móvil y una apuesta por historias que enganchen a otros públicos. La inmersión en el maratoniano festival Musika-Música de Bilbo nos trae también la voz de Lorca y de mujeres que no dudan en ser protagonistas.

Ruth González, en ‘El teléfono’, la ópera cómica que se desarrolla en un gimnasio.
Ruth González, en ‘El teléfono’, la ópera cómica que se desarrolla en un gimnasio. (Aritz LOIOLA)

«El de la ópera ya no es un mundo exclusivamente de hombres. De hecho, yo diría que la cosa está muy a la par. El cultural es un reflejo del mundo en general y está pasando que las mujeres cada vez tienen puestos de más responsabilidad y, bueno, no hay como que te den una oportunidad de hacerlo bien para que vuelvan a contar contigo». La que habla es la soprano tinerfeña Ruth González, convertida este fin de semana en Lucy, la protagonista de ‘El teléfono’, una rara avis en esto de la ópera por muchas cosas, también –o, quizás, por ello– porque su dirección está cargo de la dramaturga y directora de teatro bilbaina María Goiricelaya (‘Altsasu’, ‘Yerma’...) en su primer contacto con la lírica.

Realizada por encargo del festival Musika-Música de Bilbo, ‘El teléfono’ es una de las curiosidades en forma de joya de esta edición del intenso festival bilbaino. Musika-Música arrancó el viernes con un concierto en el Arriaga y el estreno en el Palacio Euskalduna, su sede principal, de ‘El teléfono’, del que este sábado se han ofrecido otras dos sesiones. El festival finaliza este domingo.

Del teléfono fijo, al móvil

Conciertos en horario de mañana y de tarde. Grandes orquests, solistas. Gente que entra y sale, autobuses con músicos, visitantes de fuera, ambiente musical. En este maratón de música clásica que todos los años llena el Palacio Euskalduna hay público y, mucho, joven. También en la sala 0E, convertida en un gimnasio. Literal. En el centro –en los cuatro extremos está el público, rodeando el ‘escenario-gimnasio’– se ven las bicicletas de spinning, las cintas de correr, la zona de pesas y estiramientos... también los entrenadores, los actores, los protagonistas y la orquesta. Machacando, que se dice, de blanco impoluto y con ropa de deporte.

Esta ópera cómica en un acto de Gian Carlos Menotti (1911-2007) titulada ‘El teléfono -L'amour à trois’ está protagonizada por Ruth González (Lucy) y el catalán Jan Antem (Ben). El Ensemble Galdós lo dirige por Iván Martín. La dirección escénica está a cargo de María Goiricelaya y la adaptación del libreto, de Ibon Belandia. El diseño de vestuario lo firma Nerea Torrijos (‘Irati’).

Cuando la escribió en los años 40, Menotti criticaba el ‘enganche’ de Lucy con el teléfono, el teléfono fijo, por supuesto, hasta el extremo de que esa adicción le impedía escuchar los intentos de Ben de declararle su amor. Posiblemente, el autor se hubiera asustado al comprobar cuántos móviles han grabado desde el público la adaptación al siglo XXI de su pieza. De hecho, una voz en off anuncia al inicio que el uso del móvil está permitido y está «hasta recomendado hacer selfies, postear, subir stories o comentar en las redes con el hashtag #musikamusika #menotti #el teléfono #dependencia #incomunicación».

«Yo creo que Menotti se quedaría alucinado», admite María Goiricelaya. «Ben va a tener que llamar a Lucy porque cree que es la única forma de comunicarse, porque, a pesar de estar a 50 centímetros de ella, no consigue hacerlo de forma directa. Ahí hay una crítica profunda a la forma en la que actualmente nos estamos comunicando y cómo estamos dejando de mirarnos a los ojos, de tocarnos, de disfrutar realmente de la presencia de otro ser filtrándolo a través de este aparato».

Divertido, irónico, con una música romántica preciosa, con una puesta en escena sorprendente y participativa incluso... ¿‘El teléfono’ se podrá ver en otros sitios? «No lo sé. Es muy exportable y tiene la capacidad de abarcar un público muy amplio, desde el adolescente a las personas más mayores –admite la dramaturga–. Yo creo que además tiene muchos ingredientes para hacer algo con funciones específicas, abriendo cuadernos pedagógicos, por ejemplo... es decir, que ojalá que el festival se arranque a movernos un poco, porque es una pena que cualquier producción pública se quede solamente en esto. Sí sería bonito es que eso girase lo más posible para amortizar también ese trabajo».

La muerte ronda a Lorca

Mientras, el festival sigue. Dedicado a la música que se inspira en la literatura y en la literatura que se inspira en la música –‘Notak&Letras’ es el título de esta edición–, curiosamente, en ese apartado las solistas son todas mujeres: las sopranos Naroa Intxausti y Olatz Saitua, acompañadas al piano por los pianistas Aurelio Viribay e Itxaso Sainz de la Maza, han puesto este sábado voz a Federico García Lorca y a Heine... a Lorca y a sus fantasmas, a su luna, a sus niños, a sus gitanos y a la constancia de que tenía cerca la muerte. La soprano de Basauri ha hecho hasta tres bises entre los aplausos del público.

La mezzosoprano Ainhoa Zubillaga y la pianista Itziar Barredo han abordado los ‘Personajes femeninos de Goethe’ a través de obras de compositores como Schubert, Berlioz, V. Whit, Meyerbeer, Mendelssohn y Schumann...Más nombres de mujer: la soprano Joanna Freszel, a pianista Judith Jáuregui, la violinista Ana María Valderrama o la pianista Mariam Batsashvili... Y esto sigue.