Joseba Salbador Goikoetxea

Bodegas Lezaun, pionera en la elaboración de vinos ecológicos

Hace ya casi 30 años que los hermanos Raúl y Edorta Lezaun Etxalar comenzaron a elaborar vinos de producción ecológica en Nafarroa, una aventura que continúan hoy día con la ampliación de la oferta de vinos sin sulfitos y la recuperación de variedades olvidadas,

Raúl Lezaun muestra la gama de vinos que elabora junto a su hermano Edorta.
Raúl Lezaun muestra la gama de vinos que elabora junto a su hermano Edorta. (J.S.)

Bodegas Lezaun elabora sus vinos prácticamente en su totalidad con la uva recogida en las 20 hectáreas de viñedo que tiene en el concejo de Lakar (municipio de Deierri, en Lizarraldea), que se completa con una pequeña proporción procedente de cinco hectáreas de viticultores de Legarda y Mendigorria.

Este año, la cosecha ha sido más escasa en volumen (un 25% menor, quedándose en 125.000 botellas), debido principalmente a la adversa climatología, que no se ha limitado solo a los fenómenos extremos del verano, según explica Raúl Lezaun Etxalar, enólogo de la bodega y responsable de la misma junto a su hermano Edorta. «La viña ya venía resintiéndose desde el año pasado, que tuvimos un verano muy agobiante. En invierno prácticamente no llovió, en primavera tampoco, salvo en junio, y nuevamente hemos tenido un verano muy seco. Es por ello que la viña estaba bastante agotada».

No obstante, en septiembre comenzó a llover, lo cual terminó salvando en cierta medida la cosecha de 2023. «Normalmente el agua de septiembre no la queremos ni ver, porque lo único que hace es estropear la uva, pero esta vez ha sido bienvenida, porque ha permitido dar un respiro a la cepa y no tener que adelantar tanto la vendimia».

Eso sí, la lluvia provocó también que algunos viñedos de tempranillo (el 40% de la superficie de viñedo) se vieran afectados por la botritis, por lo que hubo que adelantar su recolección, pese a no tener todavía el grado de azúcar óptimo. Las variedades más tardías, como la garnacha, el graciano y el cabernet, fueron las más beneficiadas, ya que después de las lluvias vino otra vez el calor «y terminaron madurando bien».

Los viñedos de Lezaun se han salvado también de los episodios de pedrisco registrados en Nafarroa en agosto y setiembre.

Esta inusual climatología ha afectado no solo al la cantidad de uva, sino también a la calidad, ya que va a dificultar la elaboración de vinos de crianza. Según explica Raúl Lezaun, «las uvas que maduran tan rápidamente, aunque tengan una madurez química en cuanto a azúcar y acidez, no tienen la madurez fenólica que necesitan los vinos más añejos. La pepita o incluso la piel están un poco verdes, y eso influye en el proceso de maceración y fermentación».

Ello obligará a los responsables de la bodega a utilizar en mayor medida variedades como el graciano, el cabernet o la garnacha –que mantienen más la acidez– para los coupages destinados a la elaboración de esos vinos de crianza o reserva cuya producción, en cualquier caso, va a ser menor este año.

Lo que sí completarán este años son los vinos jóvenes, tanto tintos como rosados y blancos, que pese a las inclemencias del tiempo, «para mi sorpresa han mantenido cierta frescura y acidez, gracias a las lluvias de septiembre». En el mercado, los podremos encontrar bajo las denominaciones Egiarte o Lezaun, esta última reservada para el vino de uva recolectada manualmente.

Vinos sin sulfitos
Así, la gama de Bodegas Lezaun se compondrá este año de tintos de maceración carbónica y de crianza, rosados y blancos. Estos dos últimos se elaboran con las variedades locales garnacha tinta y garnacha blanca, respectivamente, y una de las características del blanco es que, por segundo año consecutivo, lo han elaborado sin sulfitos.

Los sulfitos son derivados del azufre que se añaden al vino por sus propiedades conservantes. Tal y como recuerda Raúl, hasta los años 70 no se utilizaban esos aditivos, «aunque lo cierto es que en aquella época los vinos se estropeaban más fácil que ahora». Es por ello que se generalizaron en los años 80 y 90, aunque el enólogo de Lezaun considera que hoy día existen otros adelantos tecnológicos y materiales para conseguir que el vino dure más.

Hasta ahora los vinos elaborados sin sulfitos eran los jóvenes, ya que la ausencia de conservantes impedía que aguantaran más allá del verano. Este año, sin embargo, Raúl se ha marcado el reto de elaborar un vino tinto con varios meses de crianza en barrica y sin sulfitos. «En realidad, estamos volviendo a los orígenes, retomando las técnicas que se utilizaban antes».

En esta linea, otra de las ideas de los responsables de Lezaun es recuperar antiguas variedades de uva que estaban olvidadas, para empezar a hacer pequeñas producciones de vinos singulares.

Consolidar el mercado local
En cuanto a los mercados a los que van dirigidos los vinos de Lezaun, Raúl afirma que su objetivo es consolidar los mercados más cercanos, en sentido contrario al que siguen otras bodegas, que han ido ampliando mercados en el exterior. «Nosotros empezamos a hacer vinos ecológicos en el 96, y entonces aquí todavía no había una demanda muy grande de este tipo de vinos, por eso íbamos fuera. Pero con el paso de los años, y a medida que se ha ido conociendo el vino ecológico, hemos ido reduciendo las ventas en el exterior y aumentando las de aquí, en linea con nuestra filosofía de productores ecológicos».

Así, actualmente las ventas exteriores han pasado del 30% al 20%, siendo los mercados principales EEUU y, en Europa, Alemania, Suiza, Holanda o Francia. Del 80% restante, un 40% corresponde a la venta directa, tanto en bodega como en la tienda online y en la hostelería de la comarca. Y el 40% restante lo venden a través de distribuidores en el comercio y la hostelería de Euskal Herria, principalmente Bizkaia, Gipuzkoa e Iparralde. «Como te puedes imaginar, en Araba apenas se vende vino navarro, y los mejores clientes son los de Gipuzkoa, quizás porque los guipuzcoanos tradicionalmente han bajado a esta zona a comprar vino», explica Raúl.

Exterior de Bodegas Lezaun, en el concejo navarro de Lakar (municipio de Deierri, en Lizarraldea). (Iñigo URIZ | FOKU)

«El vino antes era parte de la alimentación diaria, ahora se relaciona con el ocio»

El descenso de la producción registrado este año no preocupa de forma especial a los responsables de Bodegas Lezaun, ya que el consumo del vino va bajando año tras año, debido al cambio en los hábitos de consumo. Por ello, los pequeños productores priman la calidad en lugar de la cantidad.

En palabras de Raúl Lezaun, enólogo de la bodega, «no cabe duda de que los hábitos han cambiado. Antes, en la época de nuestros padres, el vino era una parte muy importante de la alimentación diaria, si no había vino en la mesa, parecía que no había comida. Pero ahora su consumo se asocia más a momentos de ocio y de disfrute, por lo que en cantidad se bebe menos, y en su lugar se buscan vinos de más calidad, diferentes».

En cualquier caso, esos vinos de «más calidad» no pasan necesariamente por los vinos más añejos, como podía ser antes. «Ahora cada vez se demandan vinos jóvenes pero de calidad, afrutados, con menos madera y más fáciles de beber, en lugar de vinos más estructurados y más intensos. Es una tendencia que estamos viendo en los últimos años, aunque no sabemos lo que aguantará», afirma.

Preguntado por la evolución en el consumo de los vinos blancos y rosados, Raúl Lezaun confirma el fuerte incremento registrado en los últimos años por los blancos, aunque resalta que esta vez no ha sido a costa del rosado. «Yo creo que la bajada del rosado se ha estabilizado, y actualmente supone el 12-13% de la produción, mientras que el blanco es del 15%. El resto son vinos tintos».

La característica principal de los vinos rosados de Nafarroa es que se elaboran mediante la técnica del sangrado, lo que les confiere un color rojizo más fuerte, algo que, tal y como reconoce Raúl Lezaun, «va en contra de la tendencia actual del mercado, que demanda rosados más pálidos».