Xandra  Romero
Nutricionista
SALUD

Ultraprocesados, esos productos a evitar

Los ultraprocesados son aquellos productos alimentarios alterados por técnicas industriales y sobrados de azúcares añadidos, sal, grasas y aditivos. La lista de efectos perjudiciales para la salud que puede provocar su consumo es larga, por lo que se recomienda evitarlos al máximo.

(Getty)

Los ultraprocesados no suelen considerarse alimentos (debido a su escaso valor nutricional) y se definen como productos alimentarios industriales que han sido sometidos a diversos procesos de refinamiento y contienen numerosos aditivos, como conservantes, colorantes, saborizantes y emulsionantes y que, además, están diseñados con un objetivo claro: ser extremadamente atractivos al paladar.

Que los ultraprocesados son perjudiciales lo sabemos todos, ahora bien, ¿qué nos preocupa más, las consecuencias para nuestra salud o para nuestro aspecto físico?

Si bien es cierto que estos productos han conquistado un terreno enorme en nuestra alimentación habitual, también lo es que, al estar tan normalizados, evitarlos no resulta tarea sencilla y, quien lo hace a menudo no lo hace consciente de las consecuencias para la salud, sino por otras cuestiones más relacionadas con el control del peso corporal. Y es que sí, estos productos han sido relacionados en más de una investigación con el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad, pero esto no lo es todo.

Una revisión reciente de más de 40 estudios sobre los ultraprocesados y que supone un análisis exhaustivo sobre una muestra de 8,2 millones de personas de todos los continentes ha concluido que existe una relación entre la cantidad de ingesta de estos productos y sus efectos nocivos sobre nuestra salud. Es decir, que, a mayor ingesta, mayor es el riesgo de enfermar. En concreto, cada 100 gramos extra que consumamos de cualquiera de estos productos de forma diaria, supone un aumento de un 14,5% en el riesgo de padecer hipertensión, un 19,5% más de riesgo de enfermedades digestivas, un 5,9% más de probabilidades de sufrir patologías cardiovasculares, un 1,2% más de riesgo de cualquier tipo de cáncer y un 2,6% más de mortalidad por cualquier causa. Además, también elevan el riesgo de padecer problemas de salud mental como depresión y ansiedad.

¿Cómo lo hacen? Pues de diversas formas, por ejemplo, alterando el perfil de grasas y colesterol en la sangre, también el equilibrio de las especies de bacterias en el colon, produciendo inflamación sistémica y alterando la sensibilidad a la insulina, entre otras.

Así pues, es importante que aunque sea nos planteemos reducir la cantidad o presencia diaria de ultraprocesados en nuestra dieta y que lo hagamos con el convencimiento de estar cuidando de nuestra salud física y mental, más que desde la perspectiva del miedo intenso a engordar.