Riesgos en conexiones Wi-Fi abiertas
Los avances tecnológicos en el campo de las telecomunicaciones nos permiten conectarnos dentro y fuera de casa, y hasta en lugares insospechados. Damos importancia a poder seguir conectados para no sufrir el estrés del “apagón” informativo, pero cuidado, que no toda conexión es segura.
El mayor riesgo se encuentra en las redes Wi-Fi públicas o abiertas que podemos encontrar en edificios públicos, vehículos públicos o parques, y que no requieren ningún tipo de autenticación, ni registrarse, ni proporcionar ninguna clave. Caso muy distinto al de las redes públicas cerradas, que están en hoteles, cafeterías o centros educativos, pues en ellas se requiere una contraseña para conectarse y así se impide el acceso a personas usuarias externas.
Cualquier persona usuaria puede conectarse a estas redes abiertas, pero pensemos que nuestro dispositivo se encuentra expuesto y visible a las demás personas. Los datos que transmitimos o que tenemos almacenados corren el riesgo de ser objeto de algún tipo de ataque que facilite el acceso a ellos y su sustracción, incluyendo contraseñas, datos bancarios, mensajes y correos o cualquier otra información sensible.
Por ello, se desaconseja realizar en conexiones públicas cualquier operación que implique la utilización de datos personales o sensibles. Entre estas operaciones se encuentran las compras online, las herramientas de pago, así como cualquier gestión bancaria por internet, ya sea a través del navegador o mediante la aplicación de la entidad bancaria. Una solución para conectarnos a una red Wi-Fi pública de manera segura es utilizar redes privadas virtuales o VPN, que garantiza el cifrado de nuestra conexión y la protección. Ojo antes de conectarnos desde cualquier sitio. (Fuente incibe.es)

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