Leticia Orue
TENDENCIAS

La pelota que revoluciona el tenis

¿Sabes cuánto tarda una pelota de tenis normal en descomponerse? 400 años. Noé Chouraqui, graduado de Central Saint Martins, por fin le ha plantado cara a este poderoso deporte, porque, lo sentimos, las pelotas de tenis son del todo imposibles a nivel medioambiental. Y, aunque no nos apetezca tenerlo en cuenta, cada partido de tenis supone también una pequeña agresión al planeta. Point es una pelota de tenis impresa en 3D con PLA, un derivado del almidón de maíz que reduce el impacto ambiental en un 90% y se descompone industrialmente. Lo más brillante es que vuela y rebota exactamente igual que una pelota tradicional, tanto es así que ha sido validada oficialmente por la Federación Internacional de Tenis. Chouraqui ha entendido que no podía cambiar el deporte, pero sí cómo lo vivimos. Ha mantenido ese amarillo neón característico, con sus líneas familiares, porque sabía que la innovación no debe alienar sino integrar, y lo ha hecho sostenible. Por fin. Otro punto más para nuestro rinconcito semanal de piezas de diseño que pueden cambiar el mundo, para poderlas disfrutar plenamente y sin reservas. ¡Qué regalo tan necesario!

Future Clog

Todos conocemos a las Vans. Míticas. Un clásico. Pues, mira, estas son las nuevas Vans. ¿Retro y futuro? ¿Herejía total?¿Modernizarse o morir? Sterling Ruby y Vans han creado algo que parece sacado de una nave espacial: el Future Clog. Es una reinterpretación radical del zueco holandés tradicional, pero pasado por el filtro de la estética streetwear y el arte contemporáneo. La silueta es completamente monolítica: una sola pieza de material sintético moldeado que elimina costuras, cordones y cualquier elemento decorativo. Es angular, casi automotriz, como si hubieran metido un zueco clásico en un túnel de viento y lo hubieran fundido en espuma futurista. Ruby, conocido por sus esculturas industriales que exploran temas de transformación y materiales, aporta esa perspectiva de arte conceptual que eleva el diseño más allá del calzado típico. No es solo una zapatilla, es una pieza escultórica que puedes llevar puesta. La comparación con las Yeezy Foam Runner es inevitable, pero, donde Kanye apostó por curvas orgánicas y agujeros alienígenas, Vans lo hace por la geometría dura y la simplicidad brutal. Es su manera de decir: «También podemos hacer cosas raras, pero a nuestra manera». ¿Modernizarse o morir? Vans parece haber elegido modernizarse sin perder su esencia rebelde. ¿Retro y futuro? Aquí conviven un zueco campesino del siglo XVII con la estética cyberpunk del 2025. ¿Nos gustan? https://www.vans.com/

Treevive

Hay colaboraciones que nacen de la necesidad y, otras, de la pura genialidad. Esta es de las segundas. Qualy y Harvbrand, dos marcas tailandesas, han unido fuerzas para crear Treevive: un sistema de estantería modular que transforma completamente lo que entendemos por residuos industriales. Los paneles están hechos con desperdicios de madera de caucho de Harvbrand -esos recortes uniformes que siempre acaban en la basura-, mientras que los pilares utilizan plástico ABS reciclado de Qualy. Lo brillante no es solo la sostenibilidad -que reduce el impacto ambiental en un 90%-, sino cómo han mantenido la poesía del diseño. Esos pilares con forma de rama no son casualidad: son un guiño visual al origen del material, una conexión emocional con el árbol que una vez fue. El sistema es completamente modular, expandible, y viene en varios acabados, que van desde el oliva hasta el nogal emperador. Sus dimensiones: 600 x 200 x 450 mm, perfecto para espacios que necesitan personalidad sin gritar. Es la prueba de que el diseño circular no tiene por qué ser aburrido. Todo lo contrario. https://www.harvbrand.com

Brunel

Comer, dormir, amar. La cantidad de tiempo que pasamos en la cama es brutal. Los sentimientos más profundos que vivimos ahí dentro van desde las conversaciones de madrugada hasta las mañanas lentas de domingo, pasando por esas noches donde el mundo se reduce a cuatro paredes y una persona al lado. ¿Quizá sea el mueble más importante de la casa? ¿Quizá no? En cualquier caso, nos merecemos un buen cabecero. La cama Brunel, de Sklum, lo entiende perfectamente. Esa tela bouclé en color arena claro no es casual: es una textura que invita al tacto, un color que calma la vista y un diseño que abraza sin abrumar. El cabecero tiene la altura justa para apoyar la espalda mientras lees, esa curvatura suave que convierte la cama en refugio. La estructura es sólida, pero no pesada visualmente. Se integra en el espacio sin dominarlo. Está disponible para colchón de 160 x 200 cm, ese tamaño perfecto que no es ni demasiado grande ni demasiado pequeño para la mayoría de dormitorios. A 399,95 euros, es una inversión en calidad de vida diaria. Porque, al final, si vamos a pasar un tercio de nuestra vida ahí, mejor que sea en un lugar que nos haga sentir en casa de verdad. https://www.sklum.com

Cove

Tom Fereday y la marca australiana Nau han creado algo que realmente entiende a la madera como un material vivo. La butaca Cove no es solo un asiento, es una celebración de la artesanía tradicional aplicada al diseño contemporáneo. Esos paneles laterales curvos de madera maciza que se abren hacia arriba en un labio suave, conectados por cilindros horizontalesque sostienen el asiento... Es pura poesía estructural. Cada pieza muestra el grano único de la madera sin interrupciones, lo que significa que no hay dos butacas iguales. Lo brillante es cómo han mantenido esa filosofía de 360 grados, porque se ve sexy desde cualquier ángulo, gracias a las técnicas de ebanistería tradicional. Los cojines rellenos de plumas aportan ese contraste suave contra la solidez del marco de madera. La colección Cove incluye también un sofá y una mesa de centro, que siguen la misma filosofía de combinar elementos esbeltos y robustos para crear piezas con fuerte presencia estética, dulzura y elegancia. https://naudesign.com