MIKEL INSAUSTI
CINE

«Irrational Man»

Woody Allen no falta a su cita anual y estrenará este verano su nueva película “Irrational Man”, después de haberla presentado fuera de concurso en el Festival de Cannes. El veterano cineasta neoyorquino es alérgico a las competiciones y, a su avanzada edad, descarta la posibilidad de participar en la sección competitiva de ningún festival, porque a estas alturas tampoco pretende demostrar ya nada. Las películas que hace en esta última etapa son creaciones de oficio, que, por así decirlo, no necesitan de un esfuerzo extra y le salen de forma fluida. Pero a punto de cumplir los ochenta años, se encuentra más activo que nunca y, junto al habitual rodaje veraniego del consabido proyecto sin título, prepara una serie televisiva, una sitcom con episodios de treinta minutos. Esto es totalmente nuevo en su carrera y aunque nunca se había acercado a tal modalidad, no cabe duda de que le puede ir muy bien a su creatividad humorística.

La recepción a “Irrational Man” en Cannes ha sido buena, sin llegar al entusiasmo. Hace tiempo que el cine de Woody Allen no despierta grandes expectativas, pero es un autor que sigue cubriendo un hueco importante, convertido ya en todo un género por sí mismo. Por eso, cada vez que el cineasta neoyorquino presenta una nueva realización, la crítica no tarda en ubicarla dentro de su filmografía, definiéndola con precisión a base de comparaciones con otros títulos anteriores. De “Irrational Man” se ha dicho que es un drama de intriga con toques de comedia romántica, lo que la sitúa en la línea de “Delitos y faltas” (1989) y “Match Point” (2005). Empieza con un tono ligero, casi paródico con respecto a la historia de amor de ambiente universitario, pero la preparación y ejecución de un asesinato introduce en la trama un giro más tenso, destinado a revelar el lado oscuro del protagonista.

Sabido es desde siempre que Woody Allen, además de ser un gran director de actores y de actrices, elige muy bien sus repartos. “Irrational Man” se aparta de sus películas corales para concentrarse en torno a un actor principal y las dos actrices que le secundan. Se debe a que la figura del triángulo siempre da mucho juego en el romance y en el crimen, motivo por el que se ha decantado por un actor con la arrolladora presencia y personalidad de Joaquin Phoenix. Este borda el rol de sociópata como un profesor de filosofía sumido en una profunda crisis existencial y al que las clases y los amoríos en una pequeña universidad de Newport (Rhode Island) no sacan de su total desidia, apenas mitigada por el alcohol. Lo único que parece animarle es el plan criminal perfecto, cometido sobre un juez corrupto con el que no tiene nada que le pueda relacionar en una posterior investigación.

Parece que Woody Allen ahora rueda con normalidad en los Estados Unidos, alternando esas visitas de vuelta a su país de origen con los viajes y largas estancias en el viejo continente. A pesar del cambio de localizaciones y de época con respecto a su anterior “Magia a la luz de la luna”, que transcurría en la Riviera durante la Belle Époque, la fotografía de Darius Khondji en colores pastel y formato panorámico le confiere a ambos títulos la misma calidez estética. La explicación la encontramos en el hecho de que repite con la actriz Emma Stone, a la que quiere rodear de ese ambiente propicio para su ternura expresiva. En “Irrational Man” es la alumna que se enamora de su profesor, pese a la diferencia de edad y a tener novio. Pero se encontrará con la rivalidad de otra docente, una mujer casada a la que da vida Parker Posey. Así, las clases de filosofía van quedando a un lado y al protagonista le cuesta cada vez más seguir con su libro sobre Heidegger y el fascismo, mientras cita a otros pensadores como Kant, Sartre, Kierkegaard, Freud, Dostoievski o Simone de Beauvoir.

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