MIKEL INSAUSTI
CINE

«Masterminds»

El estreno de “Masterminds” es una pura incógnita, puesto que se trata del primer largometraje comercial, dentro de un estudio de Hollywood, rodado por el independiente Jared Hess. El genial cineasta ha llegado a esta situación por la incomprensión de la que ha sido objeto su obra por parte de una crítica que mayoritariamente lo ha tachado de excéntrico y de ser tan rarito como los personajes que crea. Y si es así, qué más da, cuando en realidad lo que ha hecho es regalarnos un universo absolutamente propio, único y excepcional, que tal vez no vuelva nunca a manifestarse, salvo que un poco probable éxito le permita recuperar la independencia perdida. No le va a ser nada fácil adaptarse al cine convencional, a manejar un reparto estelar, ya que siempre ha tenido su propia galería de “nerds” (frikis informáticos), desde que descubriera a su actor fetiche Jon Heder, quien tampoco ha sabido luego defenderse dentro de la comedia de consumo.

El idilio con el inexpresivo y desconcertante Jon Heder empezó con el cortometraje “Peluca” (2003), que dio origen a la ópera prima de culto “Napoleon Dynamite” (2004), comedia absurda y marciana que le daba la vuelta al género estudiantil, al tratarse de la primera crónica de instituto contada en el medio rural y con un “nerd” como protagonista. Aquella sorprendente rareza dejó sin capacidad de reacción a la crítica, que después ya no le pasó ninguna más al cineasta de Arizona. Su segundo largometraje, “Super Nacho” (2006), fue tan mal recibido que puso en peligro la carrera de su protagónico Jack Black, a quien no se le perdonó rodearse de los monstruos hessianos en una locura inspirada en las películas de lucha mexicana. Hess intentó recuperarse con “Gentlemen Broncos” (2009), pero ya nadie quería saber nada de su peculiar imaginario, prolongado con una todavía peor recepción en la recientemente estrenada en los EEUU “Don Verdean” (2015).

Ante semejante panorama, a Jared Hess no le ha quedado otra que aceptar el encargo de una comedia de acción basada en hechos reales. En EEUU es muy conocido el robo que en 1997 tuvo lugar en Charlotte (Carolina del Norte) a un furgón blindado, del que sustrajeron 17,3 millones de dólares, la cantidad más grande conocida hasta esa fecha. El verdadero ladrón, llamado David Scott Ghannt, viene a ser un poco como el Dioni yanqui. Alguien al que se le dedican habitualmente chistes y bromas en las redes, por el modo chapucero en que llevó a cabo la operación y por la cantidad de pistas que dejó para su detención, ya que se puso a gastar los billetes en lujosos caprichos, llamando la atención del FBI, que no tardó en capturarlo. Al final se recuperó el 95% del dinero.

“Masterminds” se rodó el verano pasado en Carolina del Norte, pero no en los escenarios originales de la populosa ciudad de Charlotte, sino en la más pequeña de Asheville, situada al pie de los Apalaches. Al principio, la película se titulaba “Loomis Fargo”, que es el nombre de la compañía de furgones blindados, heredera de la mítica Wells Fargo, pero al parecer no se llegó a un acuerdo. Allí Zach Galifianakis, que es nacido en Wilkesboro, se sentía como en casa. El actor de ascendencia griega encarna a David Scott Ghannt, mientras que Kristen Wiig es la compañera de trabajo que le animó a dar el golpe. Estos dos empleados de seguridad contactaron con una banda delictiva liderada en la ficción por Owen Wilson. El trío estelar se completa en los carteles con Jason Sudeikis, que hace del sicario que va tras la pista de los ladrones, sobre todo de Ghannt en su huida a México.

En el largo plantel de secundarios figura Jon Daly, como el agente del FBI encargado de la búsqueda y captura. También está Mary Elizabeth Allis, que hace de la mujer del protagonista. A ellos se suman Kate McKinnon, Ross Kimball, Devin Ratray, Leslie Jones, Kevin J. O’Connor, Tyler Craig o Rhoda Griffis.

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