XANDRA ROMERO
SALUD

¿Qué tengo que hacer para ser más sano?

Si crees que ser “sano” significa que debes comer a base de ensaladas y frutas, beber zumos verdes y matarte a hacer ejercicio, estás muy equivocado. Llevar una alimentación y vida saludable tiene múltiples opciones, porque todos somos distintos y no existe una única forma de comer sano, así que olvídate de la dieta perfecta, porque no existe. En realidad, todo depende de cómo se plantee. Es decir, una dieta vegetariana puede ser saludable o también puede ser todo lo contrario dependiendo, por ejemplo, del origen de las grasas (grasa vegetal hidrogenada) o de los hidratos de carbono a costa de azúcares simples.

Entonces, ¿cómo saber qué es una dieta “sana”? Una dieta saludable debe:

• Mantenerte hidratado. Lo de los dos litros de agua al día es una generalización inapropiada. Para un adulto sano, las necesidades de agua rondan los 30-35 ml por kg de peso al día. Entonces, dependiendo de nuestro peso, las necesidades varían sustancialmente. Además, estas recomendaciones hídricas dependen del ejercicio que se haga ese día, la temperatura ambiental, el estado de salud, etc. Lo que comemos también influye, ya que un 20% del agua la conseguimos a través de los alimentos. ¿Y vale cualquier bebida? No. Podemos sustituir una pequeña parte por otras bebidas (no más del 10%), pero el agua debería ser nuestra bebida habitual.

• Ser variada. Si comes diferentes alimentos, es más probable que ingieras los nutrientes que tu cuerpo necesita. Prueba nuevos alimentos y vuelve a los que no comes desde hace tiempo. Algunos alimentos, como las verduras de hojas verdes, resultan más agradables a medida que se crece.

• Variada sí, ¿pero hay que comer de todo? De nuevo, no, no es necesario comer de todo. De hecho, las cosas que “hay que comer” para llevar una dieta saludable son pocas: verduras, hortalizas y frutas. También comer a diario hidratos de carbono complejos, mejor integrales (arroz, pan, pasta, maíz, patata). Y hay que tomar alimentos que aporten proteínas, aunque no todas de origen animal. Además, hay que consumir algo de grasa, pero recuerda que es importante reducir por completo las grasas vegetales refinadas y las grasas hidrogenadas. Mejor opta por el aceite de oliva, frutos secos, aguacate y pescados azules pequeños, ya que constituyen las principales fuentes de grasa saludable.

• Debe limitar el consumo de bollería industrial, comida basura, refrescos azucarados, precocinados, chucherías, azúcar... a unas pocas veces al mes (no más de tres o cuatro en total y en pequeñas cantidades). En la medida de lo posible, evita los procesados y escoge mejor alimentos frescos de la frutería, la verdulería, la pescadería y la carnicería. Si la mayoría de la cesta de la compra está sin envasar y sin lista de ingredientes, nos estaremos evitando todas las calorías vacías.

• Limitar el consumo de alcohol a ocasiones esporádicas, en cantidad no superior a medio vaso/una copa, pero lo mejor es evitarlo por completo.

De modo que no hace falta romperse mucho la cabeza. Si cumples estas cinco premisas, muy mal tienes que rellenar los “huecos” de tu alimentación diaria para no tener una dieta saludable.

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