El cine noruego no es propenso a dar grandes nombres de autores, pero es internacionalmente reconocido por la brillantez de sus películas de género, muy reconocibles por poseer una identidad propia. Las producciones noruegas destacan sobre todo en el género de serie negra, gracias al prestigio alcanzado por la novela negra nórdica; pero también en el género de aventuras históricas. A este segundo grupo pertenece “Birkebeinerne”, ya estrenada en países del norte de Europa, y que en el mes de septiembre llegará a nuestras salas con el título de “El último rey”. Se trata de un drama épico medieval, que está alcanzando gran resonancia, porque la prensa lo ha comparado con la serie televisiva de moda “Juego de tronos”, tanto por su temática como por la presencia de actores que participan en ella. Todo apunta a que podrá recuperar los casi cinco millones y medio de euros que ha costado, a fuerza de tener que rodar fuera de su país para abaratar costes y beneficiarse de las exenciones fiscales. Los exteriores nevados fueron filmados en Islandia y los interiores en un estudio de Budapest.

“Birkebeinerne” es obra de Nils Gaup, conocido desde que consiguiera ser finalista en los Óscar de Mejor Película de Habla No Inglesa con su ópera prima “Pathfinder, el guía del desfiladero” (1987), donde ya comenzó a hacer el tipo de cine épico sobre el pasado vikingo que sigue practicando en la actualidad. En su posterior filmografía destaca “La rebelión de Kautokeino” (2008), que es su trabajo más personal y sentido, porque es una película relacionada con su propio origen étnico. Nils Gaup es un “sami” de Laponia, y aquí narró el levantamiento de sus antepasados contra Noruega en el año 1825.

Etimológicamente el termino “birkebeiner” se refiere a una clase baja, denominada así por sus pobres atuendos, ya que utilizaban corteza de abedul para cubrir sus piernas y protegerlas del frío y las duras condiciones climáticas. Dos “birkebeiner” son grandes héroes nacionales como protagonistas de una famosa leyenda de principios del siglo XIII, y su gesta a través de la nieve montados sobre rudimentarios esquís es conmemorada anualmente mediante una travesía popular de carácter deportivo. El cartel de la película se basa en un cuadro del siglo XIX que recuerda la hazaña, en el que se puede ver a los dos guerreros esquiando a toda velocidad para huir de sus perseguidores, y llevando en sus brazos al recién nacido que salvaron de una conjura.

Se cree que en el año 1202 el rey Haakon Sverrenson murió envenenado por su mujer, lo que dio paso a una guerra civil. Su hijo no reconocido Haakon Haakonsen nació en secreto, porque su vida peligraba y habían puesto precio a su cabeza. Los dos guerreros que lo toman bajo su protección, salvándole de sus enemigos, cambiarán el curso de la historia, pues ese niño será coronado como Haakon IV. Además de conseguir la unificación noruega, sacará al país de su atraso y de la influencia de la Iglesia, acabando con los señores feudales y construyendo los primeros edificios que se conservan.

Los dos héroes “birkebeiner” son encarnados por Kristofer Hivju, de la serie “Juego de tronos”, y por Jakob Oftebro, visto en “Kon-Tiki” (2012). El líder de sus perseguidores, los “bagler”, es interpretado por Nikolaj Lie Kaas, el actor danés que protagoniza la trilogía de “Los casos del departamento Q” (2013-2016). En roles secundarios también se puede reconocer a Pal Sverre Hagen y Benjamin Helstad, completando un reparto que ya nos va resultando más familiar. Además de la fuerza de los paisajes naturales nevados, donde tienen lugar las escenas bélicas con participación de un centenar de caballos, cobra especial relevancia la música antigua compuesta por Gaute Storaas, tocada con instrumentos del siglo XIII, acompañados por la Orquesta de Bratislava y la cantante Helene Boksle.