de azpeitia a manresa
el espíritu y la carne del camino ignaciano
En 1522 Iñigo López de Oñaz salió de su casa de Azpeitia en dirección a Barcelona, con Jerusalén como meta. Tuvo que parar en Manresa, donde, como resultado de aquel viaje espiritual, se «transformó» en Ignacio de Loyola. Ni Iñigo –soldado leal a Castilla– ni Ignacio –fundador de la Compañía de Jesús, santo y patrón– dejan indiferentes a nadie. La ruta que hizo hace casi 500 años busca ser alternativa al masificado Camino de Santiago. Lo místico rima aquí también con turístico.


Miradas
«Saltsa Nostra», falta pan para tanta salsa

Miradas
Por una actitud más saludable en Navidad

Reportajes
Paula Ostiz e Imanol Etxarri, una simbiosis de éxito mundial

Reportajes
Mirando a los ojos del pueblo saharaui

Elkarrizketak