TERESA MOLERES
SORBURUA

Micorrizas

Las micorrizas se producen por la simbiosis (asociación íntima entre dos especies diferentes) entre un hongo y las raíces de una planta. A simple vista, se ven como una red de finos filamentos que se prolongan en las raíces. Esta asociación es beneficiosa para las dos partes. Las raíces segregan azúcares, aminoácidos y otras sustancias necesarias para los hongos, y estos devuelven el favor convirtiendo minerales del suelo y materiales en descomposición en alimento asimilable por las raíces.

Aunque desconocidas hasta 1885, las micorrizas se producen en la tierra desde hace millones de años, cuando algunas células “saltaron” del medio acuoso a la tierra y necesitaron esta simbiosis para su supervivencia. La práctica de usar micorrizas en los cultivos modernos se denomina “revolución subterránea”, por las ventajas que aporta a su crecimiento.

Ajos, cebollas, puerros, chalotas y zanahorias son hortalizas dependientes de esta simbiosis; sin embargo, remolachas, espinacas, coles,y nabos no las necesitan. Entre las flores, las orquídeas necesitan tener micorrizas para sobrevivir.

En la práctica, para incrementar su aparición se utilizan productos que contienen esporas de hongos con micorrizas. Estos productos, listos para su uso, se presentan en polvo o diluidos.

En las plantas con raíz desnuda, los hongos entran en contacto directo con las raíces, como en rosales, árboles y arbustos ornamentales y árboles frutales. En las plantas compradas en godets o recipientes pequeños, el producto se coloca en el fondo y se espolvorea el cepellón. Y en el caso de semillas, se mezcla con el producto antes de sembrar. Para árboles o arbustos ya instalados, hay que cavar hoyos en la superficie bajo el follaje de la copa, donde las raíces son más activas, y llenarlos con micorrizas. También se puede utilizar diluido en el agua de riego.

Las reforestaciones actuales de coníferas y robles ya llevan a cabo este tratamiento, así como en los cultivos de leguminosas y gramíneas; aunque por razones económicas, su interés actual está enfocado en la obtención de trufas por medio de encinas micorrizadas. Y para los aficionados a la recogida de hongos se plantea micorrizar árboles con níscalos, rebozuelos y boletos.