IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Capacidad

El arte, en tanto en cuanto pertenece a su momento, es capaz de expandir sus capacidades reciclándose y creando nuevos espacios de actuación de manera continua. La sociedad de consumo, que sin duda posibilita este entorno de permanente creación, caducidad y posterior renovación, es el escenario en el que se desarrollan múltiples conexiones disciplinares. Estas uniones provocan que todo lo que antes era estanco e indudable se convierta en un lugar para la hibridación constante, un permanente movimiento que no parece encontrar pausa para el asentamiento de sus sedimentos. Sin embargo, toda esta vibración, en la que lo visual se encuentra condenado a reinventarse para sobrevivir en la abundancia de la sobreproducción, no escapa a los esquemas preestablecidos que acaban situándose como mecanismos de control. Los espacios de legitimación de las prácticas contemporáneas, las estructuras de mercado o las últimas tendencias expositivas siguen marcando los pálpitos vitales de las carreras de todos aquellos agentes que forman parte del mundo del arte. Los caminos de los márgenes gozan de una durabilidad escasa, ligada siempre a las fuerzas de sus protagonistas y a las capacidades del sistema de absorberlos para albergarlos en su propio seno. La misión es entonces clara: inventar nuevas maneras o reconducir antiguos modos como la única forma de conceder al arte las capacidades transformadoras que le permitan seguir creando otras maneras de imaginar.

El 7 de julio se inauguró en el Museo San Telmo de Donostia la exposición “Arte y Mito. Los Dioses del Prado”. La Obra Social La Caixa y la pinacoteca madrileña están detrás de este proyecto que podremos visitar hasta el 28 de esta mes. La mitología clásica, como inspiradora de narraciones y creaciones plásticas, es el hilo conductor de esta colección, capaz de aunar piezas entre el siglo I a.C y el siglo XVIII d. C. Dentro de una horquilla tan amplia encontraremos nombres como Rubens, Zurbarán o Ribera, entre muchos otros, dando cuerpo a las ocho secciones sobre las que se organiza todo el elenco. Desde “La Metamorfosis” a “Los Héroes”, pasando por “La Guerra de Troya” o “Los dioses del Olimpo”, la grandilocuencia de los títulos de cada área temática conecta perfectamente con cada una de las obras que las conforman. A las pinturas se les une una selección de esculturas y objetos sobre los que reposa la riqueza de las raíces de la representación de la cultura occidental.

Enmarcado dentro del Plan Estratégico de la Cultura en Araba, el Museo Artium de Gasteiz y la Diputación alavesa convocaron el pasado junio un proyecto de intervención artística en cuatro escenarios del territorio histórico alavés. El proceso de selección optó por premiar el proyecto de los artistas Nerea Lekuona (Gasteiz, 1976), Iñaki Larrimbe (Gasteiz, 1967) y Txaro Arrazola (Gasteiz, 1963) quienes, bajo el comisariado de Zas Kultur, han desarrollado sendas propuestas ligadas al balneario de Kuartango, la iglesia de San Esteban en Garaio, el túnel del Vasco-Navarro en Atauri y el parque lineal del Nervión entre Laudio y Amurrio. Arrazola ha desarrollado un proceso de trabajo abierto a procesos conjuntos con habitantes de Kuartango, convirtiendo un espacio en rehabilitación en un estudio en el que los procesos creativos se han expandido hasta las diferentes estancias que lo componen. Por su parte, la instalación de Lekuona hace alusión a la necesidad de recuperar la memoria de aquellos que abandonaron los pueblos para la construcción del pantano. Una gran piscina deja sumergidas varias fotografías de la época obligándonos a sumergir nuestra mirada como una prueba de compromiso personal. Por último, Larrimbe realiza un nuevo desarrollo de su trayectoria ligada al turismo alternativo, proponiendo una serie de rutas que invitan a mirar las caras ocultas y no habituales de nuestra cotidianidad. Un programa plagado de actividades, entre las que se han incluido visitas guiadas en autobús, dará sus últimos coletazos hasta finales de este mes de octubre.