Reproducimos textualmente el articulado legal: “Las personas beneficiarias del bono social eléctrico podrán recibir también un nuevo bono térmico: una ayuda directa para calefacción y agua caliente, cuya cuantía variará según la renta y el clima de cada zona. Se podrá aplicar a cualquier tipo de energía y se financiará con fondos estatales”.

Así lo ha aprobado el Consejo de ministros del gobierno estatal en una nueva disposición en la que se han establecido algunos parámetros nuevos con respecto a lo que recogía anteriormente el bono social de la electricidad. Como ejemplo de los cambios introducidos, la cuantía que reciba la persona beneficiaria del bono térmico va a depender de las condiciones climatológicas de la zona en que resida.

Y es que cuando se habla de pobreza energética, el abanico de viviendas afectadas por las facturas de electricidad se ve superado por el de otros consumos térmicos como son el del gas (natural, butano...) para uso en la cocina, el agua caliente y la calefacción. Es precisamente en estos consumos donde se debe poner el acento, ya que los hogares con pocos recursos en general suelen prescindir de grandes y pequeños electrodomésticos, limitándose a disponer de la cocina económica, el calentador de gas y las estufas de butano.

Falta por concretar de cuánto dinero estamos hablando al tener que depender de los Presupuestos del Estado, y a diferencia del bono eléctrico –que lo gestionan las empresas comercializadoras–, el llamado bono térmico se pagará desde el Ministerio de Transición Ecológica. Aunque cabe señalar que, como novedad, a partir de 2019 serán las comunidades autónomas las que gestionen las ayudas, pudiendo estas cofinanciar o aumentar la cuantía básica que da el Estado.

El resto de requisitos para acceder a recibir el nuevo bono son los mismos que para la luz, si bien las medidas gubernamentales recientes han ampliado los grupos sociales que tienen un mejor tratamiento en niveles de renta para que les pueda ser aplicada la subvención. Entran como nuevos sub-sectores las familias monoparentales y las personas en situación de dependencia, grados 3 y 2 (no las de grado1).