TERESA MOLERES
SORBURUA

El elegante boj

Verde todo el año, el boj (Buxus sempervirens) no pasa de moda. Este pequeño árbol es un europeo auténtico que nace silvestre desde las Islas Británicas hasta los mares Mediterráneo y Caspio. Griegos y romanos ya lo conocían en la época clásica y lo usaban como seto para delimitar sus jardines y en arte topiario. Todavía en el s. XIII permanecían en Alemania algunos de estos setos, introducidos por los romanos junto con variedades de vid. En los jardines modernos luce como elemento arquitectónico y en elegantes figuras recortadas.

Este arbusto de hojas perennes de color verde oscuro y de formas variadas puede tener flores, pero sin interés en jardinería. El boj prefiere media sombra aunque tolera el sol y requiere inviernos frescos mientras resiste las heladas, el viento y la sequía. Crece muy lentamente pero puede llegar a los 600 años, por lo que su reproducción se realiza por esquejes.

La vitalidad del boj reside en sus raíces y también en acertar en la elección del momento de la poda. Su cepellón es denso, voluminoso y muy ramificado; detesta la humedad estancada en sus raíces, por lo que necesita un buen drenaje. El boj es comilón, en tierra necesita abono y algo de arcilla; en tiesto requiere un fertilizante anual completo no solo de nitrógeno. Hay que tener en cuenta que con la poda pierde nutrientes, pérdida que debe compensar con abono. La poda con tijeras de mano se hace en el momento que los nuevos brotes alcanzan unos 5 centímetros, preferiblemente en un día con temperatura fresca y húmeda para que los cortes no se desequen y resulten antiestéticos. Sin embargo, si el boj se encuentra en un lugar con poca circulación de aire, es mejor podar en tiempo seco para evitar el riesgo de enfermedades. Contra los champiñones patógenos es necesaria una pulverización de azufre igual que para los árboles frutales.

Los alcaloides que contienen las hojas y frutos son tóxicos, pero no para algunos pájaros que comen sus frutos y diseminan sus semillas contribuyendo a su propagación. En medicina se ha usado en dosis mínimas para combatir la malaria y en homeopatía contra el reumatismo. En situaciones especiales se puede sustituir el boj por acebo de Japón, que se poda, Phillyrea de flores perfumadas, Pittosporos y romero de formas redondeadas.