Maria Mendizabal
UNA MIRADA AL MUNDO

Rascacielos más ecológicos

Fachadas de cristal, luces en abundancia, aire acondicionado o calefacción generosos... el consumo de energía y la emisión de gases de efecto invernadero en los rascacielos de Nueva York son elevados, por lo que el Ayuntamiento ha aprobado un paquete de medidas englobadas en la que ha denominado Ley de Movilización Climática. La principal obliga a ciertos edificios comerciales y residenciales de la ciudad a reducir sus emisiones de carbono. Pero, ¿cómo conseguir que los rascacielos sean más eficientes energéticamente y menos contaminantes?

Todos los edificios de 2.322 metros cuadrados, incluyendo, por ejemplo, a las Torres Trump – uno de los bloques que más energía consume en la ciudad–, deberán ser modernizados con nuevas ventanas y aislamiento térmico. Y es que, las emisiones de estas construcciones –se calcula que son unas 50.000– representan un tercio de las que registra la Gran Manzana y el objetivo final es que estas se reduzcan en un 40% para el año 2030.

El plan ha suscitado el enfado del sector inmobiliario, porque adoptar estas medidas podría tener un coste global de 4.000 millones de dólares. Sin embargo, hay quien se ha adelantado en esta carrera. De hecho, el mítico Empire State Building comenzó hace diez años una profunda remodelación que supuso el reemplazo de 6.500 ventanas, de aproximadamente tres millones de bombillas y de 67 ascensores, y la instalación de un sistema de gestión de energía de vanguardia que, según los propietarios, tuvo un coste de 550 millones de dólares. La inversión inicial fue amortizada en un periodo de tan solo cuatro años. Lo cierto es que los expertos coinciden en señalar que reducir las emisiones es más fácil en una torre como el Empire State que en los rascacielos de cristal que han proliferado en Nueva York como en otros lugares del mundo desde los años 60.

No obstante, ahora la tendencia es otra: cada vez son más las torres que fomentan el ahorro de energía, como el London Shard o la Shangai Tower de China. Esta última ha sido edificada utilizando materiales reciclados y se ha caracterizado por tener un consumo energético muy bajo, ya que principalmente aprovecha la luz natural durante el día y también el viento, gracias a su particular forma.