Amaia Ereñaga

En la frontera

Desde que se instaló en Tijuana hace una década, el fotoperiodista Guillermo Arias ha recorrido una y otra vez la frontera entre México y EEUU a la búsqueda de rutas, gentes, historias y espacios con los que documentar lo que está siendo uno de los flujos migratorios más multitudinarios de la historia reciente americana. La suya, dice, es una mirada real, sin dramatismo. Bastante dramático es de por sí lo que capta su cámara.

Lo más importante de todo es que he podido dar visibilidad al problema de los migrantes, que es un problema universal. Y a través de los migrantes centroamericanos, también podemos visibilizar a los de todo el mundo, porque ese es nuestro rol». Con estas palabras, el fotógrafo mexicano Guillermo Arias se refiere a la labor del fotoperiodismo como plataforma de denuncia e información, y también al hecho de que su seguimiento de las caravanas de migrantes centroamericanos en su ruta hacia la frontera sur estadounidense recibiese a principios de este mes el premio Visa de Oro. Este es el principal galardón del festival Visa pour l’Image, que se celebra en Perpinyà, en la Catalunya francesa, y es, a su vez, uno de los premios más importantes, junto al World Press Photo, en el ámbito internacional para prensa gráfica. El de Perpinyà tiene además otro componente: se decide en la mayor concentración de fotoperiodismo del planeta. Allí se dan a conocer los mejores, más difíciles y más trabajados reportajes gráficos de actualidad.

«Cuando me instalé en Tijuana, como fotoperiodista me di cuenta de que existe gran desconocimiento sobre la frontera», decía precisamente Guillermo Arias el pasado año cuando presentó en México “El cerco”, un libro a modo de recorrido por la frontera con EEUU, curioso y extraño, porque gran parte de las imágenes son de espacios vacíos. «Esta es una frontera muy vacía, al contrario de lo que se cree. No es que estén cruzando todo el rato personas o droga, si no que, por el contrario, es una frontera muy tranquila, muy silenciosa. El terreno lo hace complicado y las zonas urbanas son excepción. Las zonas urbanas son alrededor del 30%, porque solamente está cercada una parte de la frontera: son 700 millas de las 2.000 que tiene, y solo una tercera parte tiene cerco. El resto está totalmente abierto».

 

El reportaje por el que ha recibido la Visa de Oro, por contra, está repleto de gente. En 2018, siguió para la agencia de noticias AFP a la primera caravana de migrantes de distintos países de Centroamérica en su viaje hacia la frontera estadounidense a través de México. Un reportaje que fue publicado en su integridad por “Polka”, una revista trimestral francesa especializada en fotografía. «Mis imágenes no son tan dramáticas como podían haber sido si las tomara un fotógrafo occidental –explica Arias–. No me gusta victimizar a mis retratados, porque ya hay suficiente drama alrededor de ellos. Mi trabajo está hecho desde el punto de vista de una persona que vive in situ, que conoce la historia y que no quiere caer en estereotipos».