XANDRA ROMERO
SALUD

Fruta en el mundo del revés

Últimamente me siento como si viviera en el mundo del revés de la afamada serie “Stranger Things” y la responsable no es otra cosa que la fruta, o tal vez sea cómo la percibimos… no sé.

Y es que resulta sumamente frustrante intentar defender su consumo y que una y otra vez venga alguien a decirme aquello de «es terrible consumir fruta por la noche» o «tampoco es bueno comerla de postre, es mejor antes», o no se puede uno «pasar, porque tiene mucho azúcar» e incluso por eso también la fruta «está prohibida o limitada para los diabéticos».

En mis intentos por salir de esta terrible realidad, siempre aludo a la racionalidad. ¿Alguien conoce a alguna persona que haya enfermado por comer mucha fruta? La respuesta contundente es «no».

Pero sigamos con datos realistas, objetivos y basados en la evidencia, que no en la “ocurrencia” de algunos (entre ellos, por desgracia, también sanitarios). Nuestro consumo de frutas y hortalizas es un 40% menor de lo que se recomienda (5 al día, como mínimo). Es una tendencia que no revierte, pues el consumo de frutas se ha reducido un 6%, según datos del Gobierno español facilitados el pasado año 2018.

En segundo lugar, según advertía en 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS), es preciso diferenciar de forma clara dos tipos de azúcares, los intrínsecos (que son los que encontramos de forma natural en frutas y verduras frescas) y los libres (que son los añadidos y otros).

Estos azúcares libres son los que una abundantísima evidencia científica ha relacionado con un mayor riesgo de sufrir caries y enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión etc.), y por eso aconseja que no superemos un 10% de nuestra ingesta calórica a partir de ellos.

Para los intrínsecos, la OMS deja bien claro que, como no hay pruebas de que su consumo tenga efectos adversos para la salud, no hay recomendaciones relacionadas con un consumo “límite”. Pero, por si alguien duda todavía, la evidencia científica hasta la fecha resuelve que consumir habitualmente fruta no solo no causa obesidad sino que es útil para prevenirla o incluso, posiblemente, tratarla.

En este sentido, sabemos que el consumo alto de fruta y hortalizas está asociado a un menor incremento de peso en adultos a largo plazo y que el aumento en el consumo de fruta se relaciona con una disminución en el peso y en el perímetro de la cintura (disminución del riesgo cardiovascular asociado al sobrepeso).

Todo esto, es decir, ese cierto efecto anti obesidad, parece plausible ya que, entre otras causas, su consumo desplaza el consumo de productos ultraprocesados o no saludables. Las otras causas son que aporta una saciedad significativa dentro del escaso aporte energético que tiene y que, en cierto modo aún no conocemos bien, modula mecanismos intestinales.

En resumen, salvo contraindicación por alguna enfermedad concreta (no, no es la diabetes) toma cuanta fruta quieras, a la hora que quieras, mezclada como quieras, pero, sobretodo, toma al menos tres piezas de fruta al día.

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