MIKEL INSAUSTI
CINE

«Ford v Ferrari»

Uno de los géneros que más cuida Hollywood con producciones lujosas y bien guionizadas es el del biopic deportivo, con las figuras de la historia del automovilismo como máximo punto de atención. Los aficionados y las aficionadas al motor esperan siempre la que pueda ser considerada como la mejor película sobre las carreras de coches, y a esa conocida competición se apunta sin complejos “Ford v Ferrari” (2019), que cambiará su título original en inglés en otros mercados, y así en América del Sur se llamará “Contra lo imposible” y en el Estado español “Le Mans ‘66”. Una vez más no se entienden tan arbitrarias traducciones, cuando lo lógico es que se quedara simplemente en un “Ford contra Ferrari”, denominación que recoge la verdadera intención de la película en su afán por hacer una semblanza de las personas que se vieron implicadas en la lucha sin cuartel entre las marcas punteras de la industria del automóvil en los circuitos de resistencia.

A mediados de los años 60 del pasado siglo sucedió que la mítica marca del Cavallino Rampante tenía la hegemonía de pruebas decisivas como las 24 Horas de Le Mans, por lo que Henry Ford II hizo una oferta multimillonaria al patrone Enzo Ferrari para comprarle su dominio, con la consiguiente negativa que desataría una guerra sin cuartel entre estadounidenses e italianos. Para vengarse el susodicho Henry Ford II encargó a su mejor ingeniero Carroll Shelby y a su piloto de pruebas Ken Miles el diseño y puesta a punto de un coche capaz de vencer en Le Mans a los ferraris, y así es como nació el Ford GT 40 Mk II, para alegría de los y las amantes de la velocidad. La consigna que les dio su jefe fue la de ser más ligeros y más rápidos que el rival, y si con eso no bastaba ser más canallas, todo con tal de ganar sobre el asfalto. Y lo más increíble de todo es que disponían solo de un plazo de noventa días para lograrlo. De ahí que esta sea considerada como una de las grandes gestas de la ingeniería moderna aplicada al sector automovilístico.

“Ford v Ferrari” (2019) está causando sensación en los avances que se van viendo por poseer algunas de las mejores secuencias de carreras de coches jamás filmadas, provocando la consabida experiencia inmersiva que hace al espectador sentirse, si no al volante de uno de esos ruidosos vehículos retro, sí a los mandos de un muy veraz simulador. Pero de nada serviría que las máquinas rugieran y aceleraran como se espera de ellas sin la participación convincente de las personas que lo hicieron posible, y es en el apartado interpretativo donde la película promete lo mejor de lo mejor.

Cuando se trabaja con material histórico se exige ajustar al cien por cien el retrato de los personajes reales, buscando actores y actrices que logren unas caracterizaciones que funcionen dentro de la ficción dramática de forma creíble. Aunque cuando el primer guion de Jason Keller se empezó a pasear por los despachos de los estudios la primera opción como pareja estelar era la de Tom Cruise y Brad Pitt, finalmente en Disney-Fox han confiado en Matt Damon y Christian Bale para los respectivos papeles de Shelby y Miles.

El reparto de secundarios es inacabable, y se ha buscado el parecido físico con los nombres conocidos que van saliendo a la palestra. Catriona Balfe y Noah Jupe hacen de la esposa e hijo de Miles. Jon Bernthal del vicepresidente de Ford, Tracy Letts de Henry Ford II, Remo Girone de Enzo Ferrari, Giovanni Cirfiera del dueño de la Fiat Gianni Agnelli, Benjamin Rigby del neozelandés fundador de la escudería que lleva su nombre Bruce McLaren, Jon Zepp del piloto italoamericano Mario Andretti, Ben Collins del piloto Denny Hulme, y de la actriz Claudia Cardinale hace Bridie Latona.

Un muy nutrido grupo dirigido por James Mangold, que con el magistral biopic musical “Walk the Line” (2005), sobre el cantautor Johnny Cash, ya demostró que domina el género de la recreación de épocas concretas a la perfección.

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