TERESA MOLERES
SORBURUA

Parterres, macizos y arriates

La palabra parterre procede del francés y literalmente se traduce por “en tierra” o “en suelo”. Es un jardín a nivel de la superficie del suelo en el que se plantan flores o hierbas en el interior de un espacio delimitado por plantas perennes, boj principalmente, o piedras siguiendo un dibujo o bordado. No siempre alberga flores, pueden ser también plantas y arbustos perennes; lavandas, romero y santolina.

El macizo floral es una zona del jardín destinada a contemplarse desde todos los ángulos. Tradicionalmente se cultivan plantas anuales, bianuales y bulbos. Los macizos primaverales se plantan en otoño y los macizos otoñales a finales de primavera. Las plantas de mayor tamaño se colocan en el centro y las menores rodeando a las altas, de tal manera que las vistas son iguales desde cualquier punto. Es importante delimitar la superficie del macizo cuidadosamente. Una variedad del macizo es el macizo elevado. En ese caso, se utiliza un murete de contención con tierra permeable en su interior. Es apropiado para el jardinero/a con dificultad para trabajar de rodillas o agacharse.

En el arriate, a diferencia del macizo, la plantación se coloca delante de un muro, pared o seto arbustivo que hace de “telón de fondo” a la plantación, y se realza por el color del césped en su proximidad. Hay que cuidar la elección de las flores para que combinen con el color del muro. Las plantas altas se colocan en la parte de atrás, en el fondo, y las más bajas, delante. El arriate puede tener formas variadas, incluyendo curvas pronunciadas. Hay que tener cuidado, especialmente al escoger las flores para que ninguna especie descuelle sobre las demás. Las perennes de dos años de duración son las más utilizadas.

El arriate mixto, conocido en los jardines ingleses como mixed borders, escoge la plantación para que su floración dure toda la temporada. El trabajo de mantenimiento exige gran dedicación al combinar bulbos, perennes, arbustos, rosales y plantas anuales. Las anuales solo viven un año, por lo que habrá que arrancar y plantar nuevas para el año siguiente. Algunos bulbos como jacintos, tulipanes o narcisos florecen en primavera, mientras gladiolos, dalias y nardos lo hacen en verano.