Patxi IRURZUN
Elkarrizketa
CARLOS AZAGRA, XCAR Y REVUELTA
AUTORES DEL CÓMIC «ESTOY HECHO UN COCINICAS»

«Cocinar es también una forma de luchar y de ir contracorriente»

El último tebeo de Carlos Azagra, el creador de los inolvidables personajes Pedro Pico y Pico Vena, es sorprendentemente, un recetario de cocina, en el que también han salseado Xcar Malavida y Encarna Revuelta. Revuelta y Azagra estarán este sábado en Bilbo en DDT Banaketak, desgranando los ingredientes (humor, autogestión, rebeldía…) de «Estoy hecho un cocinicas».

Más allá de las manchas de dedazos con chorizo en tebeos que nunca debimos prestar, la relación entre el comic y la cocina no ha sido muy nutritiva por estos lares.

La idea que tenemos de un komikilari es además la de un alguien absorbido por sus viñetas o los plazos de entrega, y que en consecuencia tiene que malcomer sobre la marcha, sin despegarse del tablero.

Si a ello, en el caso de Carlos Azagra, le sumamos que cuesta imaginarse a sus emblemáticos personajes, Pedro Pico y Pico Vena, zampándose algo más que bocatas en txoznas, conciertos punk o baretos, resulta sorprendente que el último trabajo que acaba de publicar sea un, aunque sui generis, recetario de cocina, junto con Xcar Malavida, a la sazón editor del libro, y Encarna Revuelta, que se ha encargado de aderezarlo con colores (además de ser la madre del cordero de todo este invento) y que estará con Carlos Azagra el próximo sábado 28 de marzo presentando su trabajo en DDT Banaketak de Bilbo (Muelle Marzana, 5) a las 11.30.

Y sin embargo, sí, «hay vida más allá del tablero», nos cuenta el legendario dibujante Carlos Azagra, quien todavía, como cantaban Tijuana in blue en aquella canción que lo retrató, resiste y sobrevive dibujando sus manías (y una de sus manías, de las manías de los dibujantes y de los artistas en general, aunque parezca mentira, es la de comer todos los días): «Cocinar es también una forma de luchar y de ir contracorriente, pues cocinando lo que haces es ganar en autonomía. La autogestión comienza en tu nevera. Y además, cocinar no es para tanto, sólo has de tener ganas y un poco de tiempo. Además con el poco trabajo remunerado que hay en los medios impresos hay tiempo de sobra. Para nosotros la cocina es una cosa cotidiana, como procurar que la nevera esté bien surtida (cuando está vacía da mucha pena, la pobre)».

Estoy hecho un cocinicas, señala el aragonés Xcar Malavida, el otro chef del comic, comenzó a cocinarse «estando de cañas, como no podía ser de otra manera.

Revuelta siempre lleva encima una libreta en la que los amigos le vamos haciendo dibujicos, y luego ella los pinta. Un día, le conté una receta de brócoli que hacía yo, y para explicársela le hice unos dibujicos en ella. Otro día le hice otra, y otra, hasta que se nos encendió la bombilla: ‘Oye, ¿y por qué no explicamos estas cosas en tebeo?’. Nos pareció una cosa original y divertida y nos pusimos a ello con muchas ganas».

Malavida, además de dibujar a cuatro manos con Azagra el libro (o a ocho, pues Chema Cebolla e Iru también han dibujado alguna de las 59 recetas) es el editor del mismo, a través de la Editorial Cornoque, un colectivo de autores que desde más de veinte años se dedica a la autoedición de su obra, primero con la revista Malavida y poco a poco ampliando el catálogo, hasta llegar a este “Estoy hecho un cocinicas, que se ha convertido en su best-seller, su plato estrella: «Estamos muy contentos, en un par de meses agotamos la primera tirada y tuvimos que reimprimir a toda prisa. No nos esperábamos que funcionara tan bien, la verdad. Además hemos visto que mucha gente a la que no le interesa –de entrada– el mundo del tebeo se ha visto atraída por él. Por ejemplo, hemos hablado con personas que nos decían que no leían un tebeo desde que eran pequeñas, y que este les había encantado. O gente que estaba harta de libros de cocina, pero que este le gusta mucho porque es una cosa fresca y divertida».

Estoy hecho un cocinicas es un libro que efectivamente tiene, por una parte algo de didáctico y por otra huye de la cocina elitista o convertida en espectáculo televisado y pretende arrimarla a las cocinas de todas las casas, a la de los frigoríficos con sobras o la de aquellos con media hora para preparar algo antes de salir corriendo a por los niños a la escuela.

«Comer y beber bien no es solo de los ricos», señala Azagra, «Nosotros estamos por que la gente normal se pueda defender cocinando, que no es nada complicado, lo que hemos hecho, aparte de meterle humor a la cosa, ha sido desdramatizar el mundo de la cocina. Muchos gurús mediáticos han convertido el cocinar es una especie de religión en la que has de cumplir todos los mandamientos y se te castiga si no tienes perejil, orégano o clavo, y eso es una tontería, si te falta algo lo suples con lo primero que tengas a mano. A tu manera, que cantaba Frank Sinatra (y también Sid Vicious)».

Xcar Malavida, por su parte, respecto a los programas de televisión dice: «Una cosa que no me gusta mucho de la moda de la cocina es tratar de convertirla en algo competitivo (como pasa en esos programas tan de moda ahora) o elitista. En este tebeo defendemos la comida del día a día, con platos rápidos, sencillos y muy ricos. Con productos frescos y comercio de proximidad, pasando de las grandes cadenas y de los precocinados».

Otro de los ingredientes que, por supuesto, no podían faltar en un libro como este es el humor, la celebración de un placer como es el de comer o el de preparar los platos. Las recetas que proponen Azagra, Revuelta y Malavida, están pensadas para no complicarse la vida, al contrario, para disfrutarla, para tomarse una caña o un vino mientras la olla bulle o el horno coge temperatura.

«El placer de cocinar es pasar un buen rato entre fogones con una cervecita y luego compartir la mesa con la familia y los amigos, no demostrarle a nadie que haces el mejor pastel de boniatos del mundo», dice Xcar Malavida.

Azagra añade: «Nosotros lo que aportamos es cachondeo y sobre todo reírnos de nosotros mismos, que si se te olvida poner el laurel cuando la olla exprés ya está pitando no pasa nada o si se te quema el lomo a la cerveza tampoco (otro día le pones mas cerveza!)».

Para acabar, el gran Carlos Azagra, además del dibujo que acompaña estas líneas en exclusiva para GARA, nos deja una de sus recetas favoritas: «Patatas a lo pobre: poner al fuego unos ajos, unos pimientos, unas cebollas y unos chorizos como Rajoy y esa gente… y ¡todo a la sartén! ¡Así seguro que las patatas se enriquecen!», afirma.

«Habrá que hacer una historieta de esto, ¿vale?»

Carlos Azagra, una vida con la bombilla siempre encendida. «Apoyado en la barra del bar, resiste y sobrevive dibujando sus manías». Tijuana in blue retrató magistralmente a Carlos Azagra en su canción “Vidas ejemplares”.

La de Azagra sin duda lo ha sido para muchos de los que han devorado sus historietas en “El Jueves”, han visto sus dibujos en las portadas de discos de sus grupos favoritos o han reconocido el nombre de su colectivo, su asociación o la convocatoria para una mani en alguna de sus viñetas.

Azagra ha convertido su lápiz en arma de combate y su pasión en resistencia y medio de vida. Una vida ejemplar, sin duda, la de este dibujante universal e internacionalista, zaragozano, nacido en Morón de la Frontera que vive en Barcelona y al cual le une munchos vínculos sentimentales con Euskal Herria: «Los primeros en mandarme cosas de Euskadi fueron los Tijuana, el Jimmi me mandó tres cassettes de las de antes con grabaciones de grupos de allá, maketas de antes de que saliesen en disco… BAP! , RIP!, Vómito, MCD, La Polla, etc., etc. Y Eskroto me mandaba por correo sus movidas de Katakrak! BAH!, Ateos, Ni Fronteras Ni Banderas… Cuando bajaban a Barcelona lo pasábamos genial, siempre acababa diciéndoles que de esto habría que plasmarla en cómic…Como así fue», comenta.

A Azagra se le abre el apetito al recordar aquellos tiempos: «La sección musical de Bat, bi,hiru! en ‘Egin’ era nuestra referencia político-musical, aún a día de hoy no se ha podido superar el nivel que tenían esas cuatro páginas semanales, que nos ponían en un mismo plato ingredientes como las okupaciones, gaztetxes, radios libres, conciertos, nicaraguas sandinistas y esas cosas, todo bien aderezado con buena música», dice, y al rememorar todo aquello uno se imagina que «a por el lápiz se aleja presto y mientras se marcha se le oye decir emocionado: «Habrá que hacer una historieta de esto ¿vale?».P.I.