Bera Bera presentaba ayer de manera oficial a Montse Puche como su nueva entrenadora, casi un mes después de revelar que mantenía conversaciones con la exjugadora internacional madrileña el 4 de marzo, día en que Tati Garmendia anunciaba también oficialmente la destitución de Aitor Etxaburu. Puche, que acabó una exitosa carrera de veinte temporadas en las filas del Bera Bera (en la campaña 2007-08), y ha sido uno de los principales referentes del balonmano español, se mostró muy receptiva a la propuesta desde el primer momento, aunque debía resolver su actual contrato con el Comité Olímpico Español (COE), que expira el 19 de abril.

En estas semanas Puche se ha implicado a fondo en la marcha del equipo. Asistió desde la grada al partido ante el Castelldefels en Bidebieta el 7 de marzo, tres días después de conocerse sus opciones, se sentó en el banquillo junto a Tati Garmendia en Alcobendas, y volvió a hacerlo el sábado pasado en Zarautz. Todavía le quedan algunas cosas que arreglar en el COE, y por eso Bera Bera volverá a presentarse el 11 de abril en Elche con el tándem Garmendia-Puche en el banquillo. De ahí en adelante la nueva entrenadora espera poder hacerse cargo de la plantilla.

Gran sintonía en el tipo de juego

Ayer, en el acto de presentación, Garmendia y Puche, que desarrollaron sus carreras deportivas como centrales –aunque de diferentes características en su juego–, se mostraban un tanto sorprendidas por el alto grado de coincidencia en la forma de ver el juego, que han ido descubriendo en estas semanas de contacto casi continuo. Aunque apuntaba que «a estas alturas de temporada ya no se pueden cambiar muchas cosas, y en defensa la calidad es alta», sí aseguraba que «en ataque hay muchas cosas que mejorar, sobre todo en la salida del contraataque, porque la calidad de las jugadoras lo permite, y le podemos sacar muchísimo partido».

A falta de experiencia en el banquillo (este será su primer equipo), Montse Puche se mostró convencida de que puede trasladar a las jugadoras sus experiencias y vivencias como jugadora –ha ganado diez Ligas, seis Copas, una Copa de Europa, fue internacional en 196 ocasiones y participó en los Juegos Olímpicos de 1992 y 2004–, y puso especial énfasis en su condición de mujer. «La ventaja que podemos tener, tanto Tati como yo, y las otras dos entrenadoras de la Liga (Susana Pareja, del Valencia, con la que coincidió siete temporadas en el Mar Osito, y la navarra Dolores Martín, que entrena al Castelldefels), es que hemos sido jugadoras y hemos vivido dentro de un vestuario de chicas, sabemos cómo funciona, cómo funciona el grupo, cómo se puede sentir en un momento determinado, qué puede necesitar, qué le está sobrando... y para mí todo eso es fundamental».

El momento de llegar al equipo, en plena lucha por el título, lo define como «duro y bonito. Tenemos el mejor equipo y es un privilegio entrenarlo. El objetivo fundamental es ganar el título, y está en nuestras manos, porque sacamos dos puntos al segundo. Ahora hay que trabajarlo, afianzarlo y dominarlo. Las chicas están comprometidas, y yo voy a seguir trabajando para que confíen en ellas».

Tras expresar su deseo de que las jugadoras que se encuentran lesionadas (Zugarrondo, Martínez, Azanza y Elorza, mientras Mujika sigue su recuperación de la rodilla y será baja toda la temporada) se recuperen cuanto antes, para poder afrontar el final de Liga con las máximas garantías, Puche definió en unas palabras a su equipo como «trabajador, luchador, que nunca se da por vencido, algo muy importante para conseguir el éxito, con varias jugadoras internacionales, con margen de mejora para aportar muchas más cosas de las que han estado aportando esta temporada, y me gustaría mucho transmitírselo a todas y cada una de ellas», concluía.