Asimilar una nueva realidad «globalizada y cosmopolita» para acabar con la exclusión
El presidente de la asociación de Jóvenes Musulmanes del Estado español y la presidenta de la asociación de Mujeres Musulmanas Bidaya recuerdan que ser musulmán no implica ser una persona migrante.

«El Islam no es extranjero, forma parte de nuestra sociedad». Esta frase, pronunciada por el presidente de la asociación de Jóvenes Musulmanes del Estado español, Mohamed Said Alilich, pone de relieve una realidad que muchos intentan negar: ser musulmán no implica ser una persona migrante.
Said Alilich, que ayer participó junto a la presidenta de la asociación de Mujeres Musulmanas Bidaya, Hajar Samadi, en la conferencia “Islam en Europa ¿Podemos convivir?”, criticó los problemas de integración vigentes en el viejo continente, donde se sigue vinculando a los musulmanes con realidades ajenas.
«¿Qué tenemos que ver con lo que pasa en Afganistán? Yo vivo aquí», destacó tras incidir en la necesidad de asimilar una nueva realidad «globalizada y cosmopolita para poder aceptar al otro». «Somos seres humanos y nuestro cometido es vivir en paz. No nos levantamos con ganas de inmolarnos, ni de conquistar tierras, ni de hacer daño a nadie», añadió.
Consideró que la exclusión y los problemas de integración han provocado que unas pocas personas, «fracasadas, humilladas y rechazadas por la sociedad», caigan en redes extremistas. «Europa está exportando terroristas al mundo árabe, no a la inversa. ¿Qué ha fallado?», preguntó.
Su respuesta fue rotunda. A su parecer, en muchos lugares ha fracasado el modelo social y la educación, tendente a uniformizar a los individuos. Según explicó, algunos estados no han comprendido que muchas personas musulmanas son ciudadanas europeos, que han nacido en este continente. «Los estados tienen que saber que son sus ciudadanos; la diferencia es que se llaman Mohamed», subrayó.
Cambiar el lenguaje
Samadi apostó por cambiar la mentalidad y el lenguaje. «Si tienes la nacionalidad o has nacido aquí, eres un ciudadano, no un inmigrante de tercera generación», señaló. A este respecto, recordó lo ocurrido el pasado mes de enero en París, en el asalto a la redacción de ‘Charlie Hebdo’ en el que mataron a doce trabajadores de la revista.
«Cuando pasó aquello, hacían hincapié en la religión que procesaban, pero lo cierto es que eran franceses. No tenían ninguna vinculación con el país de sus progenitores, que era Argelia», manifestó.
Para evitar que se repitan casos como el acaecido en la capital francesa abogó por fomentar la integración y crear un «sentimiento de pertenencia». «Tengo que saber que mi alcalde es mi alcalde y no está en mi contra», afirmó en referencia al regidor de Gasteiz, Javier Maroto, que el año pasado acusó a al colectivo magrebíe de «venir a vivir de las ayudas sociales».
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