EDITORIALA
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Una cumbre en la que el amo ya no manda tanto

El principal foco de atención de la Cumbre de las Américas iniciada ayer en Panamá es sin duda el encuentro en ella de los presidentes de cuba, Raúl Castro, y el de Estados Unidos, Barack Obama, reciente aún el restablecimiento de relaciones entre sus países. Pero, si bien ese histórico encuentro es señal de distensión, no se pueden obviar unas relaciones menos conciliadoras de las que la campaña de Washington contra Venezuela es la muestra más evidente.

El restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos parece discurrir por lo menos según lo previsto, a tenor de las declaraciones del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez, tras la reunión que mantuvieron el pasado pasado jueves en Panamá, precedida por una conversación telefónica entre Barack Obama y Raúl Castro. Sin embargo, la actitud de EEUU para con Venezuela demuestra que ese país aún está lejos de abandonar su tendencia neocolonial, cuya ilegitimidad ha sido reconocida involuntariamente por el propio Obama al asegurar que ese país no es una amenaza para EEUU, invalidando así el argumento en el que se basó para imponer sanciones al Gobierno de Caracas. A este respecto, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, calificó acertadamente de preocupante la falta de consenso en torno a la declaración conjunta de jefes de estado sobre la ofensiva contra Venezuela, después de que varios países se negaran a ratificar con dicha declaración el rechazo anteriormente mostrado a las medidas estadounidenses .

Detrás de la actitud de Washington hacia Venezuela se puede percibir la reticencia de EEUU a aceptar una realidad que la fotografía de la cumbre de Panamá recoge: Latinoamérica no es ya el siervo que deja hacer y se limita a rendir pleitesía al amo. Gran parte del continente ha decidido hacer su propio camino, por el que no discurren los intereses de Washington, y este, aunque no sea de buen grado, deberá aceptarlo como ha reconocido la inutilidad de la política agresiva hacia Cuba.