EDITORIALA
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Una reclamación justa por nuestra seguridad

La demanda de que las pelotas de goma sean retiradas como material antidisturbios volvió a situarse ayer ante el foco mediático. Una petición que se viene repitiendo en los últimos años y que, a pesar de que las nefastas consecuencias que su uso puede acarrear están más que demostradas, no ha sido atendida ni con seriedad ni con la responsabilidad que el asunto requiere. Familiares de quienes sufrieron en su propia piel los efectos de las pelotas de goma lanzadas por agentes de la Policía, algunos hasta sus últimas consecuencias, llegando a perder la vida por su impacto, dieron voz públicamente a la exigencia de que su uso sea prohibido de una vez por todas.

El caso de Iñigo Cabacas, a cuyo fatal desenlace se le añade la falta de interés y acción por aclarar lo sucedido, permanece grabado en la memoria colectiva de Euskal Herria junto con los de Rosa Zarra, Xuban Nafarrate, Mikel Quintela y otros tantos. Nombres y apellidos que conforman ese triste listado que una amplia mayoría de este país quiere cerrar definitivamente; sin embargo, ni los más cruentos hechos han motivado reacción alguna en quienes han de responder ante ellos. De hecho, tras la trágica muerte de Iñigo Cabacas, apenas cinco meses después, Aingeru Zudaire resultó herido por una pelota de goma lanzada por la Policía española durante la huelga general del 26 de setiembre en Iruñea y perdió la visión de un ojo.

Daños imposibles de reparar físicamente, y la respuesta que desde las instituciones se está dando ante ellos, desde una perspectiva moral, evidencia la escasa talla ética y el nulo respeto de las instancias políticas gobernantes. El silencio ante las denuncias por parte de quienes son responsables de la seguridad de los ciudadanos, de nuestra seguridad, provoca indignación y, paradójicamente, una terrible sensación de inseguridad e impunidad. Un asunto que requiere medidas urgentes. La primera de ellas, la prohibición de este tipo de material antidisturbios, y junto a ello, el esclarecimiento de la negra historia que esconde detrás. Para que no vuelva a suceder. Por justicia.